Inicio »
actualidad
15.04.2015

Pasó bajo custodia de su abuela el niño que quedó huérfano por muerte a balazos de sus padres

La dirección de criminalística ha quedado a cargo de las investigaciones.

Un niño de 3 años habría sido testigo de la crueldad con la que fueron ejecutados sus padres en Surco. Sin saberlo, fue quien alertó a familiares de lo sucedido, pues el parte policial detalla cómo el pequeño llorando contesto el teléfono a su abuela, lo que permitió que conocieran de la tragedia.

[LEE: Misteriosa muerte a balazos de pareja de esposos en su propia casa de Surco]

El pequeño de 3 años despertó y encontró a sus padres muertos sobre su cama y así permaneció por varias horas a su lado. Un disparo en la cabeza acabó con sus vidas, aparentemente mientras dormían.

Su fragilidad le impedía tener conciencia de lo que pasaba, pero sabía que algo andaba mal, por ello reaccionó ante una llamada telefónica. La nota informativa de la Dirincri detalla que recién por la tarde el pequeño contestó llorando el teléfono.

Al escuchar esto la abuela paterna acudió al departamento de la urbanización San Gerónimo, en Surco. Allí la puerta estaba abierta, y el nieto esperaba afuera. Al descubrir los 2 cadáveres llamó a los vecinos, bomberos y serenazgo.

Luis Alberto Pichilingue Torres tenía 31 años, era sub gerente de la agencia de Huaylas del Banco Continental. Su esposa Martisa Zavala de la Rosa, de 27 años, estudiaba contabilidad. Ambos tenían 6 meses viviendo en el departamento.

El pequeño ha quedado bajo custodia de su abuela por orden de la Fiscalía. Los familiares de las víctimas han decido guardar silencio En las redes sociales los esposos no escatimaban en mensajes de amor, lo que descartaría una de las hipótesis que habla de un crimen pasional.

En la escena del crimen no se encontró ningún arma. Uno de los vecinos asegura que vio la puerta abierta del departamento alrededor de las 4 de la madrugada. Supuestamente nadie escuchó nada, por lo que el asesino habría utilizado silenciadores  para cometer el doble crimen.

ETIQUETAS:
Edición Central
Surco
inseguridad ciudadana