Ni reconstrucción ni cambios: El casi nulo avance de obras de prevención para afrontar desastres naturales

La eterna primavera trujillana fue opacada por toneladas de lodo que acabaron convertidas en incontables partículas de polvo. Los huaicos cayeron – como lo hacen desde épocas preincas – desde lo alto de unas quebradas que se tornan violentas al contacto con las lluvias. 

El agua que cayó por la quebrada El León sorprendió a los obreros que trabajaban justo en el medio de su cauce. Los operarios, que lograron ponerse todos a salvo, construían un sistema que debería ser capaz de contener la furia de los huaicos. Conocer por dentro esta necesaria obra nos permitirá entender por qué en el Perú parece imposible prepararse para los desastres.

El megaproyecto Quebrada El León, gestionado por el consorcio Besalco-Stracon, consta de un canal que encauzará a la quebrada el León y sus afluentes. Si el proyecto, a cargo de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, hubiera estado con todos sus componentes listos, habría sido poco probable que la fuerza del huaico cobrara vidas humanas.

La noche del diez de marzo, por efecto de las lluvias, el agua bajó por las quebradas La Encantada y El León, cuyas torrentadas rebalsaron el poco avance físico de la poza A1. De no ser porque buena parte del huaico quedó detenido en este primer componente, tal vez la destrucción en el centro poblado El Milagro habría sido más trágica. Otro atenuante pudo haber sido la poza que, en el futuro, deberá contener a la quebrada Río Seco. Pero dicha poza no estaba hecha y esa parte del huaico sí fue feroz.

El pasado mes de febrero, así lucía el canal que está comprendido en el llamado paquete C1 del proyecto Quebrada El León. Sin embargo, tras la caída del último huaico, el canal quedó prácticamente cubierto de piedras. Casi cuatro kilómetros de excavación y revestimiento echados a perder.

La quebrada El León es uno de los tantos proyectos bajo la responsabilidad de la Autoridad para la Reconstrucción Con Cambios, y que son parte de las obras de prevención que, de haberse culminado, habrían evitado la tragedia que hoy estamos viviendo en el norte del país. Lo paradójico es que el proyecto Quebrada El León es uno de los más avanzados, pero sólo presenta 13 por ciento de obras hechas. Pese a ello, el consorcio que gestiona la mega obra asegura que sus plazos de entrega siguen siendo los mismos.

En las oficinas de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios afirman que este proyecto cuenta con pólizas de seguro que se activan ante hechos como este y que, por tanto, no habrá incremento de presupuesto debido a las lluvias y huaicos. Hasta ahora, Quebrada El León está valorizado en más de 600 millones de soles.

Desde el Niño Costero del 2017 se empezó a hablar de Reconstruir con Cambios Trujillo y toda la región La Libertad. Pero, en seis años, apenas se ha gastado el 20 por ciento del presupuesto asignado para ejecución de obras de prevención.

Toda esta danza de cifras y mega obras aún en ejecución nace en el 2017. Se la bautizó con un nombre pomposo. Se anunció que la entidad revolucionaría la infraestructura de las regiones más afectadas por los fenómenos de El Niño. Pero en la práctica no fue así. Se programó obras para trece regiones y se asignó un presupuesto de 25 mil millones de soles. Sin embargo, la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios funcionaba solo como billetera. En la práctica, no tenía capacidad de ejecutar ninguna obra. 

Para la exdirectora de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, Amalia Moreno, fue así como entre el 2017 y el 2020 no se pusieron en marcha los principales proyectos de prevención.

El actual director de Soluciones Integrales de Reconstrucción con Cambios, a cargo de obras y mega obras para encauzar ríos y drenar ciudades azotadas por las lluvias, está convencido de que las crisis políticas de los últimos años y la pandemia también conspiraron contra los proyectos en agenda. 

En Tumbes, que hasta la fecha ha gastado el 26 por ciento de su presupuesto asignado para las obras de prevención, o soluciones integrales como se le conoce, se debió paralizar el proyecto Quebrada Corrales por los recientes desbordes. Esta obra tiene un avance de sólo 5%.

Piura, devastada por el Niño Costero del 2017, fue el emblema de la llamada Reconstrucción con Cambios. Sin embargo, es también uno de los emblemas de la poca capacidad de gestión.

Luego que la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios asumió las riendas de sus propios proyectos, firmó en 2020 un acuerdo de gobierno a gobierno con Reino Unido, el cual permite que se liciten las obras bajo una modalidad internacional que, en los Juegos Panamericanos de Lima, resultó eficiente.

Sin embargo, esta modalidad internacional y su prometida rapidez en ejecución, no eximen de responsabilidades a la institución en otras obras. Por ejemplo, este puente en Cañete se volvió inservible, pese a que Reconstrucción con Cambios desembolsó para él cinco millones de soles.

El puente fue inaugurado en 2021 con toda algarabía por las autoridades locales. Pero de esa fecha solo queda en pie, y con dificultad, su placa conmemorativa.

Increíblemente, la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios dice estar por encima del 60 por ciento de avance en ejecución de obras. Sin embargo, en Soluciones Integrales – su cartera de megaproyectos de prevención – la cifra se desploma a menos de diez por ciento. Es por eso por lo que para efectos prácticos la gente no ve ni reconstrucción ni cambios.

En los próximos años, bajo el paraguas de la modalidad gobierno a gobierno, deberían acabar 98 proyectos de Soluciones Integrales. Eso, a menos que otro pomposo anuncio ponga esto en jaque. Entre tanto, deberemos esperar eventuales huaicos y desbordes tan indefensos como siempre. O con obras como Quebrada El León, que - así como la ven - es de las obras más avanzadas que tenemos para hacerle frente a los desastres naturales.