Nadine Heredia y sus contradicciones sobre las agendas que ahora reconoce como suyas
La primera dama finalmente reconoció que documentos eran suyos.
89 días y casi para todos una negativa de Nadine Heredia, quien de mil y un maneras intentó sacar del debate público las agendas.
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Montos millonarios, depósitos y balances que deslizaban la existencia de un desbalance en los números de la primera dama, así como cuentas de las que no daba explicación.
Una bomba de casi seis millones registrados de puño y letra, entre ingresos y salidas, el guión contable que allí estaba escrito no fue el mismo que la esposa del presidente siguió.
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La frase "La verdad es mi letra", sonaba a afirmación, pero luego la primera dama aseguró que lo que quiso decir fue todo lo contrario. Esta negación tuvo eco pronto y el jefe de Estado siguió con el no.
Molesta, fastidiada, incómoda, afirmando hasta el cansancio al punto que se ofuscaba ante las insistentes preguntas de la prensa. Al final, las agendas que decía que no eran suyas estuvieron en su casa y si eran de su propiedad.