La mística de servicio de los bomberos se mantiene firme con el tiempo
Hombres de rojo demuestran a diario su sacrificio en beneficio del prójimo
Del más grande al más pequeño. Vocación, convicción, pasión. Tan profundo, tan difícil de describir que las palabras no alcanzan.
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Para quienes la piel se convierte en un traje rojo, ser bombero cobija los valores más inmaculados, esos en los que la mano siempre estará extendida para ayudar.
El comandante Wilfredo Alatrista lleva más de seis décadas y no falta nunca a la compañía, un bombero de la vieja escuela. El gen del servicio se transmite de uno a otro, la mística del corazón abierto y entregado.
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Una vida ejemplar, que contagia, pues su valentía, sacrificio y entusiasmo son el espejo en que se reflejan muchos niños que anhelan ser como ellos.
Son una familia que la vida les dio. Hoy les toca despedir a tres de sus hermanos, que físicamente se han ido, pero que dejan con ellos sus valores, indelebles e inquebrantables.