Las 'van' inundan las carreteras del país a puño limpio

Las carreteras se han vuelto territorio salvaje, donde las diferencias entre conductores las arreglan a puño limpio. Una selva de cemento donde los choferes llegan a extremos y son capaces de sacarle ‘punta’ a la autoridad con tal de evitar una sanción.

Las llamadas van y minivans se mueven en cuatro ruedas y a más de 120 kilómetros por hora en diversas zonas del país de manera informal, con placas de cartón y con exceso de pasajeros, todo bajo un manto de impunidad.

Definitivamente las ha visto en acción, con pasajeros y en ruta interprovincial, pero este servicio que es tan común en realidad está completamente fuera de la ley.

¿Cómo logran las van circular por todas las carreteras del país, frente a la Policía, frente a los inspectores de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran) y usando la vía pública como terminal sin que nadie les diga nada? Conoce aquí cómo funciona este mundo informal desde sus entrañas.

Los informales no tienen la mínima intención de ocultarse. Son paraderos informales que están al lado de los formales y colocan el equipaje en plena carretera.

Por ejemplo, se movilizan en la ruta Lima – Ica, arrebatando pasajeros en la puerta de los locales de los paraderos autorizados. Se desplazan en tiempo récord y sin mayor seguridad. 
El estacionamiento público es su cochera de salida; la calle, su terrapuerto de llegada y casi siempre circulan por las vías sin que nadie les diga nada.

Placas de cartón y stickers 

Tras un operativo de la Policía de Carreteras conjuntamente con la Sutran, se pudo verificar que muchos de estos vehículos circulan sin placa y otros con placas falsificadas. Si un vehículo no tiene placa, la sanción es menor a la multa por realizar transporte informal. 

Por eso, un conductor prefirió sacar las placas antes que llegue el inspector de Sutran y esconderlas debajo de su camisa.  

Pero eso no es todo, otros llegan al extremo de circular con placas de cartón, placas de utilería Made in Perú. Los choferes de las minivans son tan descarados que colocan stickers sobre el cartón y dibujan los números y letras con cinta adhesiva.

Ellos justifican su informalidad en nombre del derecho al trabajo, pero lo cierto es que existen también porque hay pasajeros capaces de tomar el riesgo por ahorrar tiempo y algunos soles.

"Hay más de 6 mil vehículos informales en el Perú sobornando la autoridad, Lima – Pisco – Chincha. La calle es su counter. Son para llegar más rápido, pero más rápido a la muerte”, sostuvo Martín Ojeda, presidente de la Asociación de Transportistas Formales. 

En esta nueva generación de las llamadas ‘combi’, las personas van paradas a más de 100 kilómetros por hora y hay tantos vehículos en los depósitos del país, que las autoridades se han visto obligadas a retirar las placas para que ya no circulen, pero lamentablemente hecha la ley, hecha la trampa.

Parten de Lima y por el norte llegan hasta Trujillo. Al sur van rumbo a Ica y por el centro llegan hasta Huancayo. Algunos circulan hasta con lunas polarizadas.

En provincias esto se multiplica por tres. Los terminales formales de Arequipa están a punto de quebrar. La informalidad va ganando terreno y las autoridades sufren de miopía. Si algún inspector está realizando algún operativo, todos se pasan la voz por celular.

En la Carretera Central, en el peaje de Corcona, las van pasan al lado de los inspectores de Sutran, al lado de la Policía, al lado de todos, pero por algún motivo nadie las detiene. Las miradas se desvían cuando cruzan la carretera. Pasan como si fuesen un transporte formal.

Se calcula que hay cerca de 6 mil de estos vehículos informales en la capital, algunas disfrazadas bajo el logo de transporte turístico. Y cuando los detienen, sus conductores se pelean o atacan con armas a quienes intentan multarlos. 

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