La millonaria deuda de EsSalud con el personal sanitario que enfrentó el covid-19
Los profesionales de la salud que laboraron exhaustivamente durante la pandemia reclaman al Seguro Social las 33 mil horas impagas durante la tercera ola del covid-19, que supera el millón de soles
El tiempo es como un velo que, a veces, impide ver lo vivido. Pero, a la técnica en enfermería Gisela Paulino, las deudas pendientes no se le olvidan.
Y es que, aunque parezca un hecho muy lejano, no hace poco el país estaba literalmente entre la vida y la muerte debido a la pandemia del coronavirus.
Los contagios se elevaban por miles cada día, el oxígeno escaseaba y en los hospitales faltaban profesionales de la salud que lucharan contra la covid-19.
Cuatro torres de la Villa Panamericana, en Villa El Salvador, fueron implementadas por EsSalud para aislar y atender a pacientes con diagnóstico positivo.
Pero aquí tampoco había personal suficiente para enfrentarse en primera línea contra el mal, y el Seguro lanzó convocatorias de trabajo a nivel nacional.
Gisela comenzó a trabajar en Villa Panamericana en mayo de 2020, en pleno apogeo del Covid19. Por su cercanía con el virus, se contagió dos veces de la enfermedad. Pero, más duro que sufrir los estragos del coronavirus, fue que, durante la segunda vez que se infectó, su papá, que vivía en Huánuco, dio positivo y con síntomas bastante graves.
Afectada emocionalmente por esta pérdida, Gisela se refugió más aún en el trabajo, donde las manifestaciones de respaldo a la labor de los profesionales de la salud eran su mayor aliciente.
Essalud y el gobierno, durante las sucesivas olas de contagios y muertes que enfrentamos, fue insistente en remarcar la labor de trabajadores como Gisela.
Sin embargo, tras los bonitos videos institucionales y los mensajes para la platea, empezaba a incubarse un virus muchas veces incurable: el de la ingratitud.
En enero de 2022, se oficializó que la pandemia en el Perú ingresaba a su tercera ola. Ante los miles de casos reportados, Essalud puso a disposición de los pacientes contagiados dos torres más en la Villa Panamericana. Familias enteras caían enfermas y nuevamente los trabajadores de la salud se pusieron en guardia para frenar al Covid-19.
Los niños fueron un segmento bastante golpeado por los contagios. Los médicos, enfermeras y técnicos tuvieron que improvisar nuevas dotes para aliviar a sus pequeños pacientes.
Fue tan abrupta la crecida de casos en enero de 2022 que, si bien la Villa Panamericana amplió la oferta de camas disponibles, no se contrató más personal médico. Los casi 600 profesionales de la salud que trabajaban para Essalud bajo la modalidad CAS-COVID tuvieron recarga laboral, pero la institución prometió compensarles todas las horas extra que fueran necesarias.
Pero eso no sería todo. Al parecer fue tan improvisada la implementación de las torres 6 y 7 en los albores del año 2022 que las mismas licenciadas y técnicas en enfermería fueron llamadas a participar en la limpieza de los edificios: la coordinadora de las enfermeras prácticamente rogó ayuda mediante un chat grupal para que las habitaciones quedaran listas a tiempo.
De esa maratónica jornada, que fue ad honorem, nadie se enteró. Lo que sí se promocionó con bombos y platillos fue la inauguración de las torres 6 y 7. El evento, que finalmente se realizó el día 6 de enero de 2022, fue encabezado por el entonces presidente ejecutivo de Essalud, Mario Carhuapoma.
Con poco personal disponible y alta demanda, las horas extras de los trabajadores crecían con rapidez. En el pico de la ola, cada enfermera y cada técnica en enfermería cubría la atención de tres o cuatro pisos, casi treinta pacientes a la vez.
Yuliana Choque es enfermera y llevaba un año en la Villa Panamericana cuando llegó la tercera ola en enero de 2022. Un mes después, cuando los casos comenzaron a descender, ella y otros profesionales fueron cesados. Pero lo que nunca se les dio desde entonces fue el monto que se generó por las horas extras que trabajaron.
En agosto del 2022 se emitió una resolución en Essalud que aprobaba la ejecución, es decir, el pago de más de 33 mil horas extras en favor de médicos, psicólogos, químicos farmacéuticos y, por supuesto, licenciadas y técnicas de enfermería. Pero a pesar de este reconocimiento de las deudas, la institución seguía sin pagar un sol.
Marisol Salazar es una de las 600 profesionales que trabajó en la Villa Panamericana durante la tercera ola. De ser llamada heroína por su trabajo, Essalud le cerró las puertas siempre que fue al edificio central de la avenida Arenales a presentar sus reclamos.
Buscamos la versión de Essalud sobre este trato a sus extrabajadores y nos confirmaron que la deuda con ellos por las 33 mil horas impagas supera el millón de soles.
Mediante un comunicado hecho llegar a nuestra redacción, Essalud asegura que los pagos que a la fecha están pendientes provienen de gestiones anteriores a la actual.
En otro punto de su respuesta, el seguro social afirma – sin detallar acciones concretas – que vienen trabajando en el proceso de pago de horas extras. Prometen por escrito que abonarán el millón y pico de soles en favor de sus extrabajadores en los próximos días.
Marisol fue cesada de Essalud en febrero del año pasado. Le quedaron debiendo 72 horas por su trabajo en la tercera ola. A la enfermera Yuliana Choque, que hoy se especializa en cuidados intensivos, le deben 96 horas extras. Por su parte, a Gisela Paulino le deben 72 horas extras. El listado es enorme, pero pocas personas aceptaron contar su historia. El temor a no volver a ser contratadas por Essalud es grande.
Así trataban durante la tercera ola a los trabajadores de la Villa Panamericana. Un año y medio después, forman parte de la larga lista de héroes nacionales que deben alzar la voz para recibir el pago que se merecen.