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10.04.2018

Lizbeth Robles: denuncian que su pareja recortaba sueldos en el Congreso

Congresista Lizbeth Robles. Foto: captura de TV

Dos asesores del despacho de la legisladora grabaron a la pareja de Robles solicitándoles un porcentaje de sus sueldos

Nada ha cambiado desde las épocas en las que Elsa Canchaya, desde su curul, contrataba a su nana para ocupar un puesto en el Congreso mientras ella se quedaba con el sueldo o Michael Urtecho arrasaba con el pago de varios de sus asesores con la complicidad de su esposa que hasta manejaba las tarjetas y retiraba en los cajeros. Los métodos en el Congreso simplemente se han refinado para mal. Hoy la tijera está en manos de una integrante del denominado bloque Avengers, del congresista Kenji Fujimori.

Esta semana Lizbeth Robles, la autodenominada Super Girl del bloque Avengers perdió sus poderes cuando dos de sus asesores renunciaron denunciado ser víctimas de una extorsión sistemática, pues les exigían el 50% de sus remuneraciones.

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Robles lo ha negado de todas las formas posibles, hasta ha enviado una carta exigiendo que sus ex trabajadores se retracten o muestren las pruebas. Pero, ¿tienen cómo probar esta grave acusación?

Sí, en los audios se describe quién y cómo recortaba los sueldos de los trabajadores y de qué manera se intentaba maquillar esta realidad. La mujer que le increpa al hombre que más parece un cobrador coactivo es Sara Milla, hasta hace unos días asesora de nivel 1 del despacho de la congresista Lizbeth Robles, un puesto de mucha confianza y hasta podría considerarse casi la mano derecha de la parlamentaria.

El detalle es que la misma congresista ha asegurado que no la conocía, que fue una recomendada de su pareja sentimental y padre de su bebé: Eduard Rojas Rugel, precisamente el hombre con quién la entonces asesora discute sobre su sueldo.

“Yo no me estoy quedando con nada de lo que yo no te haya ofrecido. Yo te he ofrecido y sigue lo mismo. Si yo gano 4, o gano 5, recibo el doble. Y es lo que yo te he dicho. Tú ganas 4 y yo recibo el doble”, se le escucha decir a Eduard Rojas en un audio a Sara Milla.

“Ya yo me sentía súper mal porque agarraba y me dijo que yo tenía que darle todo el bono y me explica 'te va llegar un bono de 6 mil soles porque después de 6 meses te van a dar tu bono, te van a dar esto, ya mira. Tienes que cumplir los tratos que has hecho, trato es trato’”, responde Sara a esta situación.

Cada congresista al llegar a su curul tiene la facultad de contratar a 2 asesores con sueldos que oscilan entre los 7 mil y los 9 800 soles. Sara Milla entró a trabajar para la congresista Robles hace 8 meses. Fue testigo del cambio de bancada de Fuerza Popular hacia el grupo Avenger de Kenji Fujimori. Nunca antes se habían visto pero terminó consiguiendo el puesto de mayor confianza en el despacho, asesora 1 con un sueldo de 9 489 soles. Ella asegura que logró el puesto por ser conocida de la pareja de la congresista.

“Al momento de la entrevista con la congresista me dijo que yo dijera que yo vengo de fuerza popular para evitar problemas porque era amigo de la pareja de ella”, cuenta Milla.

Según Sara el trato era simple y directo: te doy el trabajo pero a cambio de la mitad de tus ingresos. La entrega seria en persona, nada de transferencias que dejen  huella ni de visitas a cajeros que pudieran ser filmadas.

Cuando Milla se cansó de este trato empezó a grabar al hombre que sin trabajar en el Congreso podía entrar a su antojo y despachar desde la oficina de su pareja, la congresista Robles.

Audio Eduard Rojas:

¿Por qué te he puesto a ti? Yo te he puesto por la amistad que tengo contigo porque yo he podido poner a cualquiera con el precio, al precio que yo le pagase a cualquiera que no reúna los requisitos, yo lo hacía. ¿Y por qué te ofrecí a ese precio que te ofrecí? Porque yo te pregunté ¿cuánto ganas? Ah ya, te pago tanto. Listo

Según el testimonio de Sara, Eduard Rojas no solo entraba y tomaba decisiones dentro del mismo despacho congresal sino que se ufanaba de tener tanto o más poder que la misma Lizbeth Robles. Si alguien no acepta sus exigencias, él lo podía sacar.

Audio Edward Rojas:

El Altez (José), está asado conmigo, un poco. Porque me dice, porque ese cargo me correspondería a mí, yo soy tu amigo, nos conocemos de años, y no sé qué. Y no lo puse a él. ¿Sabes por qué no lo puse a él? Porque él me dijo te pago lo que tú me dices. Él lo que él quería era el curriculum. Una cosa es ser asesor 2 y otra ser asesor 1 de aquí al tiempo.

“Le entregaba el dinero en efectivo, después de 5 a 8 días de pago, le daba en efectivo. La mitad del sueldo y decía qué hacer y si yo no cumplía que le diga porque había muchos que estaban esperando mi cargo", cuenta Milla.

En un primer momento solo exigía la mitad, meses después el monto aumentó. “Al siguiente mes viene y yo le digo falta, ¿de qué te voy a dar? No, que falta, y yo le digo ‘no te voy a dar porque eso corresponde lo que es mío porque es mi viático”, dice Milla.

Sueldo, aguinaldo, escolaridad. La tijera no perdonaba ni un rubro. Sara Milla termino dando 4500 soles cada mes. Rojas le repite una y otra vez que detrás de su puesto hay varias personas que están dispuestas a dar la mitad de su sueldo y mucho más, uno de ellos era José Altez quién también llegó al despacho de Lizbeth Robles por ser el mejor amigo de su pareja Eduard Rojas.


Altez: Me tienes que dar el 50% de bono, de gratificación, de escolaridad. Empieza a resquebrajarse la amistad

Periodista: ¿Y a qué arreglo llegan respecto al pago?     

Altez: La mitad del sueldo, que prácticamente mi sueldo sin descuentos es 7 mil 785 soles, estamos hablando de casi 3 mil soles

Periodista: ¿Y a quién se los dabas?

Altez: a Eduard Rojas

Periodista: ¿Era en efectivo?

Altez: Todo fue en efectivo


 

A diferencia de Sara, José empezó a trabajar en el despacho desde el primer día de la legislatura. Es de profesión ingeniero y tiene casi la misma historia que su compañera. No conocía a la parlamentaria, pero sí a su pareja. Entregó su camioneta para apoyarla durante la campaña, y cuando ganaron se convirtió en Asesor 2 de Lizbeth Robles con un sueldo de 7 789 soles.

"Él manifiesta que la congresista y él habían gastado demasiado en campaña y que había que retribuir un pago mensual por lo menos en un año para que puedan recuperarse. Solamente del sueldo", dice Altez.

Audio Eduard Rojas

Yo sé las cantidades de todos, de todos sé. Por eso cuando tú me dices a mí, yo sé. Porque yo armé todo, esa oficina yo lo he armado todo. Yo he hecho una fuerte inversión allí. También, tengo parte de la deuda ahí

No les quedaba más que pagar. Durante todos esos meses, Sara y José, entregaron religiosamente el dinero.  Uno de los movimientos bancarios de la asesora 1, confirma que retiraba 3 mil soles y 6 mil 500 a fin de mes: 50% del sueldo, más bono y gastos de representación.

El trato era la mitad de sus sueldos, luego la mitad del aguinaldo, pero cuando Eduard exigió la mitad del bono de navidad; la amistad y el acuerdo, acabaron. Sara y José no volvieron a darle un sol más a la pareja de la congresista. Curiosamente después de tomar esa decisión, les advirtieron que no volverían a renovarles la confianza, en otras palabras, perderían el trabajo.

“En diciembre de este año fue la última vez que pagué. Me negué y al negarme a pagar, la congresista en enero me dice ‘vamos a hacer cambios en el despacho’. Me informa que hará cambios, pero era porque ya no pagaba obviamente me tenía que cambiar”, dice Altez.

Todo lo dicho en los audios se cumplió. Buscamos a la congresista hasta Cañete para que nos diera una explicación sobre esta grave denuncia, pero desde que supo que teníamos audios que confirman la acusación, prefirió no atendernos. Solo nos dijo por WhatsAap que se encontraba delicada.

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En imperial Cañete, también figura la dirección de Eduard Rojas Rugel, pero nadie nos atendió allí, ni siquiera en la empresa de autos donde trabaja en Lima. La historia de recorte de sueldos en el parlamento no es nuevo, el historial de estos congresistas abundan y en lugar de acabar con estas malas prácticas, solo se perfeccionan para mal.

Lo llaman la ruleta. Se gana y se pierde. Los puestos de confianza son así, y los congresistas tienen el privilegio de contratar o despedir a estas personas sin dar explicaciones, pero esta vez los audios obligarían a que la parlamentaria Lizbeth Robles explique cómo es que su pareja tenía la facilidad de contratar y exigir dinero por una plaza en su despacho. 

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