La Libertad: Mineros, policías y funcionarios del gobierno regional movían millones con extracción ilegal de antracita

La alegría se desborda junto al frenético zapateo de un huayno mientras un sujeto registra sin reparos la escena. Los bailarines alardean orgullosos su alto poder de fuego.

La escena parece salida de una película de la mafia. El sujeto de pasamontañas lleva un chaleco táctico, un fusil de asalto y dos armas automáticas en ambas manos. El otro hombre carga consigo un fusil con mira telescópica y una escopeta retrocarga.  Parecen decir que están listo para hacerle frente a cualquiera.

El que graba estas imágenes es otro pistolero. Por un momento se deja ver. Por lo menos, deja ver la escopeta retrocarga que carga con él.

Los tres sujetos armados están en algún lugar de la sierra de Trujillo, en una zona conocida como Cerro Blanco que, de un tiempo a esta parte, se ha convertido en una zona liberada; en la que grupos armados se disputan un mineral que ha cobrado un inusitado valor y que se llama Antracita.

El drama se está historia es que la violenta pela ha provocado el desplazamiento de cientos de familias, cuyo único delito es vivir sobre el principal yacimiento de carbón mineral del Perú.

Keyti Gómez tiene 23 años y es madre de dos pequeños. Al igual que Eusebio, fue despojada de su casa, de su tierra, por hombres armados como los del video.

Junto Eusebio y Keyti, sesenta niños se quedaron sin escuela y ahora llevan algunas clases en este improvisado espacio que fue donado por el papá de Keyti.

Estos escuadrones del terror y el miedo posan con sus armas de largo alcance al ritmo de una banda de música, muy cerca incluso de niños. La escena describe el ambiente en el que se vive aquí y también revela lo lucrativo y disputado del negocio para contar con un brazo armado.

La organización criminal que gobierna en esta zona de Trujillo ha sido bautizada por la fiscalía como La Gran FA.

La Gran Fa es tan corrupta y poderosa que cuenta con la complicidad de malos policías y de funcionarios del gobierno regional de La Libertad. Así han logrado arrebatar concesiones mineras legales, invadirlas y ganar millones de soles explotando el carbón Antracita.

Así como lo escucha: Más 500 millones de soles de ganancias cada año.

Con esta capacidad económica podían corromper a cualquiera como a Raúl Araya Neyra, el ex gerente de energía, minas e hidrocarburos del Gobierno Regional de La Libertad.

Raúl Araya era quien facilitaba la documentación necesaria para que la organización criminal pueda trasladar el mineral extraído ilegalmente a bordo de decenas de volquetes hasta los puertos de Trujillo.

Para entender por qué la Antracita o carbón mineral se ha convertido en estos tiempos en uno de los productos más cotizados en las industrias dedicadas a la producción de acero a nivel mundial, conversamos con Óscar, experto en el tema.

La Antracita es un carbón que ha dado un salto significativo en sus niveles de exportación. Pasó de exportar 200 mil toneladas hace dos años a 2 millones y medio de toneladas solo de enero a setiembre en el 2023. Es decir, un notable porcentaje en un muy corto período, suficiente para entender porque la organización criminal denominada La Gran FA se apoderó de diversas concesiones mineras a sangre y fuego.

No solo habían captado a malos funcionarios del gobierno regional sino también a diversos policías entre ellos al coronel Miguel Balta Paredes, quien se desempeñaba como jefe la división de orden público y seguridad de la región policial La Libertad, a quien vemos en este video presentando por todo lo alto el Puesto de Auxilio Rápido, PAR, en la zona minera de Lajón.

Al mando de la organización criminal: José Agustín Arteaga López, un minero ilegal denunciado por diversos delitos, pero que siempre pudo seguir operando gracias al apoyo de su amigo, el exgerente Raúl Araya y a los malos policías, incluido el coronel Miguel Balta.

Junto al coronel Miguel Balta estaban comprometidos también cinco suboficiales que tenían a su cargo el puesto de auxilio rápido, un lugar estratégicamente ubicado en la zona de extracción del mineral.

En este video, captado los agentes de la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior, la Digimin, se puede ver el impresionante tránsito de volquetes transportando el ahora preciado mineral.

El peaje ilegal por cada camión era de 170 soles. De ese monto, 20 soles era para los malos policías.

Mas de diez meses de investigación permitió identificar a treinta y tres miembros de esta organización criminal. El trabajo fue realizado por los agentes de la División de Alta Complejidad de Chiclayo, la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior y la Fiscalía contra el Crimen Organizado.

En la oscuridad de la noche, los agentes se mueven con sigilo, se preparan al máximo, dejan todo listo para la operación policial. Enrumban por un accidentado camino de trocha desde Otuzco hasta Callancas. Nosotros los acompañamos.

Ya en Callancas, el grupo de policías crece. La incursión policial incluye también a agentes especializados de la SUAT y Dinoes, dos grupos de élite para el combate de criminales de alta peligrosidad. Esta es una operación policial de mucho riesgo. No cabe dudas.

Si quieren evitar bajas, todo debe ser de rápido y sorpresivo. La primera detención no tarda en suceder.

La detención de este sujeto armado en medio del camino nos anuncia lo que vendría después.

La información era que había más fusiles de guerra escondidos. Debíamos ir con cautela. De pronto, aparece ante nosotros el centro poblado de Cerro Blanco. La operación policial ha comenzado.

En paralelo, en Trujillo, la policía detuvo al cabecilla de la organización en su casa. Con José Agustín Arteaga, la policía detuvo también a Raúl Araya, el exfuncionario corrupto del Gobierno Regional de La Libertad.

También fueron detenidos el coronel de la policía Balta Paredes. Además del coronel, cayeron los otros policías que estaban bajo su mando y que eran parte de la organización criminal.

La policía asestó un certero golpe a una organización criminal que empezaba a mover millones de soles, gracias a la extracción ilegal de la Antracita.

Sin embargo, pese a la intervención policial, el negocio parece imparable y muy apetecible por las mafias. Al partir del lugar, captamos volquetes cargados de carbón y una draga en plena operación en el río. Aún queda mucho por hacer si queremos evitar la devastación en las alturas de Trujillo.