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30.10.2023

Ladrón de celulares podría recibir 30 años de cárcel tras modificaciones al Código Penal

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En lo que va del año, se han robado más de 1 millón 200 mil celulares en todo el país, según información de Osiptel

Este hombre que acaba de ser intervenido por efectivos policiales y del serenazgo de San Borja está acusado de ser uno de los tantos motorizados que se dedican a arrebatar celulares en las calles de Lima.

Su nombre es Cristhian Jesús Lavado De la Cruz y cuenta con antecedentes judiciales por hurto agravado. A sus 29 años, podría pasar las siguientes tres décadas de su vida en una cárcel.

Se le acusa de robarle el celular a una joven de 18 años el pasado 24 de octubre. La emboscó a la altura del paradero Javier Prado de la Vía de Evitamiento y se dio a la fuga en dirección a San Borja.

En ese distrito, en la cuadra uno del jirón Ucello, fue detectado en actitud sospechosa por una patrulla de las Águilas Negras de la Policía.

Al notar que era seguido por un efectivo policial, Lavado De la Cruz quiso retomar su huida, sin embargo, perdió el control de su moto sin poder ir demasiado lejos.

Según el parte policial - antes de ser intervenido - Cristhian Lavado arrojó un celular que llevaba entre sus prendas. El aparato fue recuperado y rápidamente se dio con su propietaria, quien lo identificó como el ladrón motorizado que le acababa de quitar su teléfono en el paradero de la Vía de Evitamiento.

Cristhian Lavado fue llevado a la comisaría de Salamanca y comenzó a ser procesado según las recientes modificaciones al Código Penal, que endurecen las penas contra los robos de equipos celulares.

Este lunes, en la Corte Penal de Ate, donde se encuentra recluido, un juez podría dictar prisión preventiva en su contra. Los primeros meses de una pena que, según la norma, puede llegar a los 30 años de prisión. Pena máxima por robar celulares en moto.

Pese a esta probable condena, su víctima no ha querido relatar ante cámaras el mal momento que pasó al ser despojada violentamente de su celular. Algo que también roban los criminales, hoy en día, es la tranquilidad. Y para eso no hay remedio.

Esa intranquilidad arrebatada se puede esconder en medio de risas y buen humor. Un ejemplo de ello es el comediante Fernando Armas, a quien el pasado lunes 23 de octubre le robaron su celular por la ventana de un taxi en el distrito de Chorrillos.

El experimentado actor cómico salía de la radio donde tiene un programa humorístico y acabó engrosando la lista de víctimas de robo de celulares en el país.

El asalto ocurrió a la altura de la bajada al circuito de playas en Chorrillos. Fue tan intempestivo que Fernando Armas no recuerda los rasgos del delincuente.

Cerca del lugar del robo, se puede apreciar una cámara vigilante del distrito de Chorrillos, algo que el célebre imitador considera puede serle de ayuda.

Sin embargo, la emoción duró menos que un chascarrillo. Este ojo biónico tiene función de 360 grados y, al momento del asalto a Fernando Armas, grababa otro ángulo de la zona. Es decir, el robo perfecto a plena luz del día.

Según Osiptel, en lo que va del año, se han robado más de un millón 200 mil celulares en todo el país. El mismo funcionario de esta entidad que declaraba para este reportaje también había sido parte de esta estadística.

El director de fiscalización, Luis Pacheco, contó que, a su padre, una persona mayor, le quitaron el celular sin que se diera cuenta, lo que dio paso a los engorrosos trámites que hacen falta con el fin de inutilizar el aparato perdido.

Fernando Armas cuenta en público el asalto del que fue víctima, pero no puso la denuncia ante la Policía. Lo que más le incomoda al comediante del ‘Reventonazo de la Chola’ es que el delincuente se haya podido apoderar de su WhatsApp y que intente sacarles dinero a él y a su familia.

Desde un número desconocido, el ladrón se comunica con la familia de Fernando Armas y no deja que el episodio se convierta en una terrible anécdota.

Lo que no tiene atisbos de comedia, y más bien pudo terminar en una irreparable tragedia, fue el robo a mano armada que sufrió un escolar de 16 años el pasado 18 de octubre en el distrito de Puente Piedra.

La víctima recibió un balazo en el cuello por resistirse al robo de su teléfono. Desde entonces, permanece internado en el Instituto de Salud del Niño de San Borja con el proyectil alojado entre sus vértebras, muy cerca de la médula ósea.

Los médicos especialistas hacen todos los análisis posibles para determinar si la extracción de la bala no va a comprometer la irrigación cerebral del menor. En este caso, la solución podría costarle la vida.

Junto con esta preocupación, la familia del pequeño - a quien llamaremos ‘Juan’ - intenta pasar la página. El acompañamiento psicológico para las víctimas de robos violentos es importante. A nadie se le ocurre que va a morir por causa de un celular.

Junto a la cama del menor está día y noche su abnegada madre, quien vende postres y limpia a domicilio para sacar adelante a su familia. La mujer recuerda con espanto el momento en el que se enteró que su hijo fue baleado.

‘Juan’ es un niño amante del fútbol y el protector de sus hermanos menores. Se distrae en este cuarto de hospital resolviendo pupiletras, pero quiere aprovechar esta segunda oportunidad de vida para convertirse en un gran barbero.

La preocupación de esta familia, y la razón por la que ocultan su identidad, es porque la policía aún no ha dado con los delincuentes que dispararon a matar.

Pero ni siquiera donde se supone que el resguardo policial está redoblado hay tranquilidad en las calles.

La noche del pasado viernes, delincuentes a bordo de dos motos aterrorizaron a cuatro niños en la urbanización Vipol de San Martín de Porres.

Pese al estado de emergencia, los hampones se tomaron bastantes segundos para arrebatarles los celulares a los adolescentes.

Uno de ellos trató de defender al resto y la situación ser fatídica si alguno de los delincuentes se hubiera atrevido a usar algún arma.

Esto ocurre, además, pese a la tranquera que desde hace un año los vecinos de este sector han colocado para evitar justamente robos de este tipo.

Junto con la tranquera, una alarma intenta repeler a los delincuentes. Pero, lejos de eso, todas las semanas hay algún robo de celulares. Los ladrones siempre van en grupo y en moto, ya sea de día o de noche. Se pasean por el barrio con total impunidad.

En San Martín, con celulares reportados como robados, fue intervenida por la policía la mamá de quien fuera conocido en vida como el Maldito Cris, ranqueado delincuente que asesinó con arma de fuego a un sereno en Surco.

La madre del Maldito Cris, identificada como Keyis Gonzáles, cayó junto con dos personas más en posesión de celulares robados. Esta certeza es posible gracias a un aplicativo de Osiptel que registra todos los teléfonos móviles reportados como sustraídos. Basta para ello el código IMEI con el que cuenta cada aparato.

Cristhian Lavado De la Cruz, próximo a ser juzgado bajo las remozadas normas que penalizan el robo de celulares, podría ser uno de los primeros en recibir una sanción significativa por delitos de este tipo.

Pero mientras se espera que el castigo surta efecto disuasivo entre los criminales, el país debe seguir a merced de delincuentes que creen que, como la vida cabe hoy en día en un celular, se puede canjear bala por sangre a diestra y siniestra.

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