Justicia pide la familia de vigilante encontrado muerto en el río Rímac
De acuerdo a la madre de la víctima, el cuerpo de su hijo tenía las piernas fracturadas, heridas en la región maxilar, golpes, un golpe en la cara y había sido degollado lo que haría suponer que alguien lo había torturado.
Brady Morante Nuñez era un joven de 24 años y desde hace dos años laboraba como vigilante en un hospital. A su corta edad era el sostén de su familia, incluso dos semanas antes se había convertido en papá.
El 20 de mayo se enfermó por un fuerte resfrío e infección en la garganta. Ante esto, en su trabajo, le dieron dos días de descanso médico y su bebé estaba igual.
Despertó a las 8 de la noche y se enteró que había recibido un adelanto de sueldo. Con ello quería comprar los medicamentos de su bebé.
Las horas pasaban y nadie sabía de él. Las sospechas de un robo eran mayores, por ello abrieron su cuenta bancaria y se dieron con la sorpresa de que alguien había retirado dinero los días que Brady se encontraba desparecido.
Recordemos que el pasado lunes, un reciclador encontró un cadáver de un hombre en la orilla del río Rímac.
El dolor era enorme por parte de la familia. En el lugar llegaron agentes de la unidad de rescate de la PNP para retirar el cuerpo y realizar las diligencias junto a un representante del Ministerio Público.
Según manifestó Susan Nuñez, madre de Brady, el cuerpo de su hijo tenía las piernas fracturadas, heridas en la región maxilar, golpes, un golpe en la cara y había sido degollado lo que haría suponer que alguien lo había torturado.
Al parecer, la víctima habría estado secuestrado por tres días. La familia de Brady pide justicia y que las autoridades hagan algo para frenar la criminalidad que deja en zozobra a toda población.
Ahora no solo temen ser asaltados sino convertirse en una víctima mortal con la que actúan estos delincuentes.