Joven pasajera quedó en estado de coma luego que camioneta cayera a la Vía Expresa

La madrugada del 17 de febrero quedo marcada por un terrible accidente en plena Vía Expresa. Una lujosa camioneta destrozada evidenciaba una tragedia. Una verdadera pesadilla que recién comenzaba para los tres jóvenes que ocupaban este vehículo.  

Aquí los bomberos y el personal de rescate de San Isidro unieron esfuerzos para auxiliarlos rápidamente, aunque la situación era confusa.

¿Qué fue lo que realmente ocurrió ese viernes? ¿cómo fue que el vehículo terminó cayendo desde el puente Aramburú?

Este video corresponde a minutos antes del accidente, Sebastian Ponce Trebejo es intervenido por la policía, como copiloto se escucha a una joven dirigirse a los efectivos, su nombre es Sadhna Rama Fernández. Y aunque no se logra ver o escuchar, en la parte posterior del vehículo se encontraba una joven de 21 años que nunca imagino ser parte de una persecución policial.

Para luego ser víctima del fatal despiste en la vía expresa. Camila Aguayo Moreyra es una joven estudiante, convencida de que las ciencias de la comunicación era la carrera soñada y más aún cuando recibió la noticia de su ingreso a una universidad.

Una risueña veinteañera con toda la vida por delante y que un trágico hecho la tiene postrada en una cama de hospital. Ella es la única pasajera que recibió lesiones tan graves que la llevo a un coma del cual aún no puede despertar.

Carlos Aguayo es el padre de Camila y cuenta los daños que ha recibido el cuerpo de su hija que lucha por aferrarse a la vida.

“Ella entra en un coma con hemorragias en los pulmones, debido a las perforaciones de las vértebras, con las justas la han salvado porque ya se estaba ahogando desde la Vía Expresa totalmente inconsciente", indicó.

El estado de salud de Camila es tan crítico que no la pudieron operar de emergencia en el hospital Casimiro Ulloa. La indujeron al coma y su familia solo espera volver a ver, a la menor de cuatro hermanos, sonreír una vez más.

Una tragedia que pudo evitarse por quien estaba al volante. Sebastian Ponce Trebejo es un joven de 24 años, era el chofer de la camioneta. A través de sus redes sociales asegura que estuvieron en una discoteca ubicada en el distrito de Lince.

Afirma tener una relación más que amical con Camila, por lo que después de la fiesta iba a dejarla a ella y a otra amiga en sus casas. A la altura de la cuadra 33 de la avenida Arequipa son intervenidos por efectivos policiales.

Según el parte policial, Sebastian Ponce conducía con las luces apagadas y realizando maniobras temerarias. Además, emanaba aliento alcohólico.

El mismo Sebastián indica que estos policías le solicitaron una coima para ayudarse mutuamente, acto seguido emprendió su recorrido a la comisaria más cercana perdiendo el control del vehículo.

“Mi intención no había sido fugarme o algo parecido más bien, mi intención era por el mal trato que me habían dado, por el hostigamiento y el acoso. Su forma de hablarme y de pedirme coima. Mi intención fue ir a la comisaria que está en Aramburú y denunciar el hecho”, aseguró el conductor.

Versiones que fueron tomadas dentro de una investigación preliminar. Finalmente fueron 8 meses de prisión preventiva que deberá cumplir Sebastián en un centro penitenciario.

Según dos exámenes que le hicieron a las 06:40 de la mañana y otro a las 3 de la tarde, en ambos el dosaje etílico de Sebastián dio negativo. Serán las autoridades quienes finalmente determinen como ocurrieron los hechos.

Intentamos buscar la declaración de la nueva defensa legal de Sebastián pero esta nunca se dio. Quisimos tener la versión de Sadhna Rama Fernández la joven que se escucha en el video, pero tampoco obtuvimos respuesta.

Una familia sumergida en el dolor. Que no soporta la idea de las secuelas que podrá tener una joven que salió a divertirse y termino entre la vida y la muerte.

En este proceso, la familia de Sebastian Ponce acordó brindar un reconocimiento momentáneo sobre la futura reparación civil depositando 30 mil soles para los gastos que día a día tiene que afrontar los padres de Camila.

Todos confían en el despertar de Camila y su contagiosa forma de ver la vida. Esperan que sus heridas no duelan tanto como la búsqueda de la justicia.