Investigadores desarrollan bacterias que transforman plástico en materias primas
Los científicos recurrieron a bacterias que naturalmente pueden consumir polietileno
Transformar el plástico
El sistema, desarrollado por investigadores del Instituto Politécnico Rensselaer (RPI), está diseñado para abordar dos problemas: tener que lidiar con los desechos plásticos existentes y cómo fabricar nuevos materiales que sean más sostenibles.
Es especialmente probable que el plástico de polietileno, que se encuentra en los envases de alimentos de un solo uso, termine en los vertederos o en el medio ambiente. Degradándose en pequeños pedazos que pueden terminar en la cerveza y la leche materna. La producción de nuevo plástico a partir de combustibles fósiles también tiene una enorme huella de carbono y aumenta la pila de residuos.
Los científicos recurrieron a bacterias que naturalmente pueden consumir polietileno. Luego editaron genéticamente los microbios para que también pudieran producir un material similar a la seda, insertando una secuencia de aminoácidos similar a una proteína que se encuentra en la seda.
En lugar de alimentar a los microbios con azúcar, como lo haría una cervecería, los investigadores los alimentan con una forma predigerida de desechos plásticos que se han calentado bajo presión. Cuando las bacterias comen el plástico, utilizan el carbono que contiene para fabricar el nuevo material.
El mismo proceso podría usarse para fabricar otros materiales, pero los científicos querían comenzar con la seda debido a sus propiedades únicas: la seda puede ser muy fuerte y liviana, y es naturalmente biodegradable.
Producción de seda sostenible
La seda natural ya se utiliza en algunas aplicaciones además de las telas, incluso como ingrediente en productos para el cuidado de la piel o para fabricar productos médicos como apósitos quirúrgicos. Pero el proceso de producción tradicional no es sostenible, ya que requiere mucha tierra, agua y fertilizantes para cultivar alimento para los gusanos de seda.
No puede ampliarse fácilmente, ya que lleva tiempo criar los gusanos de seda y producir capullos. Las arañas no se usan para obtener seda porque el proceso sería aún menos eficiente. Si la seda se elaborara a partir de plástico, podría usarse más ampliamente, fabricando artículos como envolturas de plástico, que ahora no se pueden reciclar fácilmente.
Si terminara en un vertedero o en la naturaleza, se descompondría, a diferencia de algunas formas de plástico “biodegradable” que se degradan mucho más lentamente si no se procesan en una instalación de compostaje industrial.
Hasta ahora, los científicos han demostrado una prueba de concepto, mostrando por primera vez que las bacterias pueden producir un material valioso alimentándose de desechos plásticos. Ahora, el equipo está trabajando para hacer que el proceso sea más eficiente para que las bacterias puedan producir más material. Si bien se necesitará más I+D, Zha dice que es optimista en cuanto a que los rendimientos pueden mejorar hasta el punto en que la producción pueda volverse comercialmente viable.