Gota a gota: Cayó la contadora de los extorsionadores
Toda una cúpula criminal dedicada a los prestamos extorsivos del gota a gota fue desarticulada en San Martín de Porres y capturó a una ciudadana colombiana que era la operadora y tenía bajo su mando a los rezagos del Tren de Aragua
Hace dos años llegó al Perú con una sola misión. Llevar el negocio extorsivo colombiano a todo Lima Norte. Su nombre es Luisa Fernanda Gutiérrez Escudera de 35 años. No dará el nombre del número 1, pero sí explicaría cómo se manejan las mafias.
Asegura tener 30 clientes a su disposición. Solo soltará los billetes a quien entregue tan solo el documento nacional de identidad. Los otros miembros se reparten las migajas, captando supuestos clientes en mercados, bodegas y donde aparezca el comercio.
Pretende desvirtuar su imperio criminal al debilitado tren de Aragua, pero también a la creciente ola de crímenes que cometen los indestructibles. Pero, ¿cómo llegaron a desintegrar a todo este organigrama criminal?
Durante semanas, mimetizados agentes de homicidios esperaron pacientemente en los exteriores de un taller mecánico en pleno corazón de San Martín de Porres. Cada carro, cada motocicleta e incluso cada miembro utilizaban las calles con música a todo volumen y las drogas de su preferencia.
Ante la llegada de ciudadanos colombianos vinculados al gota a gota, querían su tajada. Extorsionadores chantajeando a extorsionadores. Hechos de sangre que fraccionaron la relación extranjera a tal punto de llenar de sangre nuestras calles.
Pero la vida da vueltas tan extrañas como sus decisiones. Fueron tantos golpes de la policía, y por todos los frentes. Los principales cabecillas del Tren de Aragua fueron encarcelados y otros obligados a dejarlo todo para escapar de nuestro país.
Esa es la fórmula que desde la dirigencia han logrado descifrar sobre este comportamiento criminal. Ahora los colombianos de gota a gota reclutan a los más perversos rezagos del crimen organizado de Venezuela. Le sacan los grilletes de la culpa.
Con todas las evidencias puestas sobre la mesa el pasado 23 de agosto. Los feroces del gota a gota cayeron en una rápida intervención por parte de la policía, que encontró todas las herramientas de esta banda dedicada a la extorsión.
Tarjetas con números maliciosos que tenían que seguir repartiendo, dinero distribuido en diferentes denominaciones, cuadernos donde registraban a cada víctima, armas de fuego regadas por todo el lugar y hasta un explosivo artesanal.
Ya sabemos dónde terminan las balas en las casas de los emprendedores que fueron previamente víctimas de un reglaje y cómo son los explosivos que retumban en cada cuadra de los que no se alinean con los pagos. Alias la mona fue una de las 23 personas capturadas el pasado 23 de agosto.
El guión que tenía aprendido era el siguiente. Todos los intervenidos, incluida la mona, están sujetos a siete días de investigación preliminar para que el ministerio público solicite las prisiones preventivas.
La pregunta que cae por sí sola es donde termina el dinero producto de las extorsiones. Para la Policía, estos delincuentes lavan dinero a través de pagar poco. Compran productos de primera necesidad y los venden en reducidos montos. Cuando el dinero es blanqueado pueden enviarlo en remesas con destino a Colombia.
Dinero que se comprometieron en pagar con intereses nada despreciables. Pero te cobrarán día a día hasta atraparte en las redes del gota a gota. Si cortas la llamada, los mensajes extorsivos y amenazas constantes te recordarán que acceder a un préstamo rápido y sencillo tiene consecuencias.
Este círculo vicioso de impotencia pone a prueba el desgaste físico y emocional de las víctimas que en su mayoría son microempresarios que sin saberlo ponen en riesgo a su entorno familiar.
Hace algunos meses circulaban por redes sociales videos tan violentos como las exigencias de seguidores despiadados del mismísimo tren de Aragua. Sí, la maría llanera quería todos los circuitos criminales. La trata de personas con fines de explotación sexual no era suficiente.