Los Fujimori: La familia que marcó la política peruana

Era la década del 90 y un desconocido ingeniero agrónomo, inesperadamente, conectó con las masas e ingresó así a las grandes ligas de la política peruana.

El día que los Fujimori Higuchi abrieron las puertas de su intimidad para darle pase a los avatares de la política, ese 8 de abril de 1990, fue el inicio de lo que sería en adelante una vida pública marcada por éxitos, pero también desencuentros y rupturas familiares que, en ese entonces, ni estos niños, ni esta comedida esposa, ni este neófito político, sospechaban.

La victoria llegó para el ‘Chino’ y su nueva vida en Palacio de Gobierno también. La familia se mudó a la residencia presidencial. Desde ese momento, el apellido Fujimori se perpetró en la política peruana.

Alberto, Susana, Kenyi, Keiko, Hiro y Sachi eran los nuevos inquilinos de Palacio, escuchaban misa juntos, recorrían los espacios de su nueva casa. Compartían en familia como siempre lo habían hecho hasta el año del triunfo de su padre.

Sin embargo, la felicidad duro poco. No pasó mucho tiempo para que los conflictos dividan al clan Fujimori. Susana Higuchi, al año siguiente, denunció escandalosos hechos que involucraban a los hermanos y cuñados del presidente, los acusó de apropiarse de la ropa donada del Japón para los más pobres, lo que la hizo tomar distancia y discrepar abierta y públicamente con las acciones de su esposo.

El pico más alto de este sismo familiar y político de esta historia se produjo cuando Susana Higuchi denunció que su esposo la maltrató y encerró en Palacio de Gobierno. Ella abandonó la sede del Ejecutivo y se fue a vivir al local de la academia preuniversitaria que formaron al casarse.

Por más de 10 años, los Fujimori ocuparon Palacio, tras una serie de hechos que marcaron     nuestra política como el cierre del Congreso, la aprobación de una nueva Constitución, aciertos y errores de un régimen que terminó con la fuga de Alberto Fujimori del país y Keiko abandonando Palacio de Gobierno, que fue su casa desde que era una adolescente de 14 años.

Empezaron entonces los intentos de Keiko por convertirse en la sucesora de su padre, en total hasta hoy ha postulado tres veces a la presidencia sin suerte. Tentó suerte en el Congreso y ocupó una curul como la congresista más votada. Sin embargo, su deseo de llegar a ocupar el cargo de máxima autoridad del país la hizo volver a postular a la presidencia y, aunque esta vez hizo lo posible por desmarcarse de la mochila pesada que le dejó su padre. Tampoco tuvo éxito. Esto dio espacio para que otro miembro de la familia Fujimori entre en las grandes ligas de la política: Kenji Gerardo Fujimori se hizo congresista con el voto popular, consiguió también ser el congresista más votado en el 2011.

Pero la rivalidad de Kenji y Keiko llegó a extremos inimaginables: su propio partido reveló la existencia de unos videos que involucraban a Kenji con congresistas que intentaban comprar a fujimoristas a nombre del gobierno de PPK para que no apoyen la vacancia.

Una guerra entre hermanos que le costó a Kenji el desafuero parlamentario y una sentencia condenatoria por tráfico de influencias.

Esta vez le dan el ultimo adiós al patriarca de una dinastía que ha marcado la historia política del Perú. ¿Quién será el encargado de suceder ahora al líder fujimorista? Eso aún está por verse.