Encuesta Ipsos sobre el gobierno de Dina Boluarte: Desaprobación de la presidenta aumentó a 88% en mayo
Esta debilidad sugiere una necesidad de apoyo en el Congreso de la República, donde parece concentrarse el poder según el 67% de los encuestados, frente a un 25% que ve al Ejecutivo como más influyente
Una reciente encuesta de Ipsos, publicada por el diario Perú 21, revela la percepción ciudadana sobre la fortaleza del gobierno de Dina Boluarte y el poder entre instituciones estatales.
Según la encuesta, solo un 11% de los entrevistados considera que el actual gobierno es fuerte, mientras que un abrumador 85% lo percibe como débil.
Esta debilidad sugiere una necesidad de apoyo en el Congreso de la República, donde parece concentrarse el poder según el 67% de los encuestados, frente a un 25% que ve al Ejecutivo como más influyente.
Además, un 59% de los consultados opina que los congresistas votan buscando beneficios personales, evidenciando una crítica a la integridad de las acciones parlamentarias.
Gestión del gobierno de Dina Boluarte
Las cifras también muestran un descontento general con la gestión gubernamental, donde solo un 7% aprueba la gestión de Boluarte, igualando el nivel máximo de desaprobación registrado previamente en marzo.
La aprobación del presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, también es baja, con un 72% de desaprobación.
Por otro lado, la desaprobación al actual Parlamento sube del 82% al 85% y su aprobación baja a un 9%. Finalmente, está la evaluación al desempeño del Poder Judicial. Un 75% desaprueba a ese poder del Estado frente a un 18% que lo respalda.
Ipsos: 88% desaprueba gestión de Boluarte
Según el director de estudios de Ipsos, Guillermo Loli, dijo que la tendencia negativa hacia el gobierno de Dina Boluarte ha ido en aumento desde su asunción al poder, alcanzando ahora un rechazo contundente.
La falta de apoyo se siente particularmente en el sur del país. El estudio refleja la opinión pública de más de mil doscientos ciudadanos peruanos de todas las edades, en entrevistas cara a cara a través de dispositivos electrónicos.
Además, el gobierno se percibe como débil, con una dependencia notable del Congreso, lo que no favorece el equilibrio de poderes necesario para una democracia saludable.
El descrédito no solo afecta al Poder Ejecutivo; el Congreso también sufre de una imagen negativa, con una aprobación que no supera el 9%.
La crisis institucional se agrava por la percepción de impunidad y la sospecha de que los políticos buscan el poder no solo para beneficiarse sino también para protegerse de procesos judiciales.
Esta situación conlleva a un escenario de incertidumbre y la posibilidad de un adelanto de procesos electorales no previstos constitucionalmente.
También sugiere que una reforma política, como la implementación de un congreso bicameral, podría ser beneficiosa para el país, aunque enfatiza que las reformas necesarias para mejorar la elección de representantes aún están pendientes.