Congreso: Presentan moción de interpelación contra la ministra de Cultura
El congresista Luis Aragón presentó una moción de interpelación contra la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, por el caso de la venta virtual de boletos para Machu Picchu. Deberá responder un pliego de 30 preguntas
ACTUALIZACIÓN | 05:42 P.M.
El congresista Luis Aragón presentó una moción de interpelación contra la ministra de Cultura, Leslie Urteaga por el caso de la venta virtual de boletos para Machu Picchu. Deberá responder un pliego de 30 preguntas.
NOTA ORIGINAL
La congresista de Cambio Democrático Ruth Luque junto a otros parlamentarios anunció que impulsarán una moción de interpelación contra la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, para que responda sobre la polémica venta de entradas para Machu Picchu a través de Joinnus.
En el documento difundido a través de la redes sociales, indicó que se le otorgó la contratación de servicio por 36 mil soles anuales de la cual la empresa sería beneficiada aproximadamente con 10 millones de soles por cada boleto.
"Se otorgó una contratación (orden de servicio) de S/36.000 anuales. Luego, vía una adenda, se estableció que, por cada boleto vendido, Joinnus recibirá 3,9%; es decir, la empresa será beneficiada con un aproximado de 10 millones de soles", mencionó Luque.
Al respecto, la legisladora objetó el contrato con la empresa Joinnus y señaló que no hay transparencia en el Gobierno.
"Una vez firmado el contrato principal, ustedes generaron una adenda y ahí incluyeron Kuelap y Machupicchu. Es más, el objeto social de la empresa fue modificado meses antes de la contratación", añadió.
Respondío la ministra de Cultura
Ante esto, la ministra de Cultura, Leslie Urtega, aseguró que su sector tiene como objetivo central la protección y el cuidado de Machu Picchu, rechazando cualquier sugerencia de desinterés por la conservación del sitio.
“No se dejen engañar por algunos falsos protectores del patrimonio. Es importante decirle que de ninguna manera hay un interés por privatizar el monumento”, manifestó.
La discrepancia en el aforo, una brecha anual de entre 70 y 80 mil visitantes, plantea serios desafíos en cumplir los compromisos del Perú con la UNESCO.