Las visitas de funcionarios a Nicanor Boluarte, hermano de la presidenta, en su casa en San Borja

Nicanor Boluarte, el hermano de la presidenta Dina Boluarte, no quiere hablar con periodistas. Estamos en la puerta del edificio donde vive. El lugar que hemos vigilado durante 9 meses de forma intermitente y que nos ha permitido ser testigos de sospechosos encuentros.

Uno de ellos ocurrió previo a un millonario desembolso proveniente de las arcas del Estado. Esta es la historia de la casa del hermano de la presidenta, una historia que empieza el 21 febrero de este año.

Es el 127 del pasaje Daniel Alomia Robles que cruza Las Torres de San Borja, un complejo de pequeños edificios rodeados por la Calle Artesanía, la Calle de Las Bellas Artes, la Av. San Luis y la siempre transitada Av. Javier Prado.

Tenemos la información que ahí, detrás de esas ventanas, en su casa, se ha realizado más de una reunión sospechosa con funcionarios públicos. El dato se confirma rápido. A las 12:50 p.m. aparece este hombre que toca el botón 203, se llama Martín Silvio Carbajal Zegarra, un cusqueño de 72 años, íntimo amigo de los hermanos Boluarte y en ese momento funcionario público.

Cuando se grabó este video, hace 9 meses, Carbajal Zegarra gozaba de un sueldo de 11 mil 200 soles. Era trabajador del Fondo de Apoyo Gerencial de la Presidencia del Consejo de ministros. Trabajó hasta abril porque pocos días antes de visitar a Nicanor Boluarte, el 13 febrero, agilizó una irregular reunión en la PCM a favor de una empresa minera que buscaba impulsar un proyecto de 2 mil 700 millones de dólares. La prensa lo puso en evidencia y lo despidieron en abril.

Nicanor Boluarte es un viejo militante de izquierda y conoce muy bien cómo funciona el Estado. En el 2016 fue viceministro en el Gobierno de Ollanta Humala y ha trabajado en diferentes gerencias del Estado. Ese siete de diciembre fue a Palacio de Gobierno encabezando ese íntimo círculo de confianza que Dina Boluarte aún mantiene.

Noriel Chingay es más conocido en Cajamarca por las páginas policiales que por las de política. Tiene escándalos y denuncias que van desde coacción hasta manejar ebrio, pasando por agresión. Intentó ser alcalde tres veces, pero sin éxito. Logró tener un cargo público gracias a este Gobierno.

El 18 de octubre de este año fue el cumpleaños de Nicanor Boluarte. Cumplió 64 años e invitó a sus buenos amigos temprano por la mañana.

El primero en llegar fue su viejo amigo Victor Hugo Torres. Le siguió el encargado de la movilidad Walter Ugarte Nina quien tiene una bolsa turquesa en la mano. Detrás de él, con camisa negra, está Jorge Chingay, el hermano del cuestionado prefecto de Cajamarca que lleva un regalo en una bolsa negra.

El hombre que le sigue de camisa manga larga y pantalón beige se llama Nixon Hoyos Gallardo. Es el joven alcalde de 31 años del lejano y pequeño distrito cajamarquino de Nanchoc, ubicado en la provincia de San Miguel.  

Detrás del alcalde esta Antonino Chingay quien lleva un abultado maletin negro. Y que al igual que sus hermanos tiene denuncias por violencia física y otra por tentativa de secuestro, entre otras. Todos suben al 203 del edificio, donde ya había personas que aún no identificamos.

Esta reunión y sobre todo la presencia del alcalde no tendría mayor relevancia si no fuera porque 9 días después de esa reunión el distrito de Nanchoc que tiene cerca de 1400 habitantes recibió cerca de 20 millones de soles provenientes de las arcas estatales. Lo hizo a través de 5 proyectos de inversión.

Como el distrito de San Bernardino que recibió 10 millones y tiene cerca de 5 mil habitantes. O el de Chota que también recibió 10 millones y viven un poco más de 151 mil personas.

La Unidad de Investigación de América Televisión viajó hasta la provincia cajamarquina de San Miguel donde se encuentra el distrito de Nanchoc, para buscar la declaración del joven alcalde Nixon Hoyos. El aseguró que fue uno de los hermanos Chingay quien le presentó a Nicanor Boluarte.

Días de paciente seguimiento que han permitido develar sospechosos hechos y personajes. que nos hacen recordar un pasado no muy lejano donde la familia presidencial iba en carros de proveedores del estado, había obras direccionadas y reuniones secretas. Todo en una sola casa.