Turco a la grasa: La sombra de mafias internacionales del narcotráfico se extiende sobre nuestro país
Financista internacional fue detenido en el Huallaga alistando un cargamento de cocaína diluida en aceite de soya
Nuevamente la sombra de poderosas mafias internacionales del narcotráfico extendiéndose sobre nuestro país, financiando y coordinando la salida de un millonario cargamento de cocaína, esta vez hacia el puerto de Derince, en Turquía.
Un cargamento valorizado en más de 98 millones de dólares una vez puesto en muelles turcos, listo para ser trasladado al Callao y disponer su embarque.
Mas de un año de seguimiento al principal sospechoso en trama criminal permitió a los agentes de la división de investigaciones especiales de la Dirandro dar con los nueve timbos de plástico conteniendo los más de 1500 litros de cocaína, estratégicamente diluida en dietético aceite vegetal.
Detrás del millonario cargamento, el personaje que los agentes antidrogas tenían referenciado como objetivo prioritario, buscado por numerosas agencias policiales del mundo y poseedor de al menos tres identidades falsas con las que se movía alrededor del mundo.
En sus identidades falsas se presentaba como Haci Sayilir o Gengiz Guner, pero su nombre real era Amhet Betkas. Había purgado condena en Brasil por narcotráfico, pero luego de salir libre a los de seis años y ser expulsado de dicho país, se vino al Perú.
Un criminal de alto vuelo, captado en video durante los meses de seguimiento realizado por los agentes antidrogas en el corazón del Huallaga.
Junto a este individuo, sus enlaces peruanos. Una pareja de esposos dedicados a facilitar el trabajo al turco y proporcionarle compañía femenina, con la que fungía de mafioso y pedía ser retratado como el “Caracortada” del cine, con quien se identificaba totalmente, como se puede ver en estos cuadros hechos a pedido suyo, donde su rostro reemplazaba al de Al Pacino.
Una curiosa obsesión por un narco de Hollywood. Se trata de Alexander Chuquilin Silva y su esposa Yanira Buendía marino. Ambos seguidos también al milímetro por los agentes antidrogas.
Ya al tanto de sus rutinas, según las iban registrando, la información era que en las instalaciones de este terreno, el turco y sus secuaces preparaban un cargamento de más de 1500 litros de aceite vegetal diluido con cocaína de alta pureza.
Con el ingreso de los timbos al local, la policía decidió intervenir. Junto al turco cayeron también sus enlaces peruanos, intentando defenderse aquí con una inverosímil coartada gourmet
Frente a los tres detenidos, la prueba de campo realizada al oleoso contenido de los timbos, delante de un fiscal.
Una vez asegurada la primera incautación, los agentes llevaron a Alexander Chuquilin hasta la casa que ocupaba con su esposa. La información era que el turco había escondido ahí un buen número de ladrillos de cocaína.
Un financista internacional detenido en el corazón del Huallaga alistando un millonario cargamento de cocaína diluida ingeniosamente en inofensivo aceite de soya.
Otra vez las redes internacionales de la droga operando en nuestro país. La policía logró desarticular un poderoso engranaje criminal que, sin embargo, nos debe recordar que, sin políticas claras para combatir el narcotráfico, el Perú corre el riesgo de convertirse en la capital mundial de estos intereses delictivos, que solo nos traerán dinero sucio, muerte y corrupción.