Patrulleros reparados: nueva modalidad de robo es detectada en la PNP

Una nueva modalidad de hurto al interior de la Policía Nacional del Perú sale a la luz. Fingiendo en papeles el mantenimiento y reparación de más de 200 vehículos policiales a fin de lograr que el área de economía de la policía pague por un servicio que nunca se realizó y estando de por medio siempre el mismo proveedor.

Dicho modus operandi ha sido detectado en el VRAEM, en el frente policial Huallaga, en la región policial Ica y hasta en la propia Dirección Contra la Corrupción de la Polícia (Dircocor). En total, tan solo en el 2014, una mafia con uniforme se robó más de dos millones y medio de soles.

Este hecho se pudo lograr con la complicidad del personal situado en puestos estratégicos en las regiones, en direcciones policiales y en las direcciones de logística, economía y administración de la PNP. Nadie se percató de lo que sucedía o nadie quería percatarse, hasta que un día llegó al departamento de logística de la policía, en Lima, un oficial del frente policial Huallaga y una secretaria le dijo que ahí tenía pendientes los expedientes de pedido de reparación de varios vehículos.

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El oficial sorprendido le dijo que ellos no habían cursado ningún requerimiento y así se desató el hilo de la madeja. Entró entonces a tallar la fiscalía y la controlaría. Hoy hay más de 30 policías investigados, entre ellos tres generales que pasaron a retiro en diciembre del año pasado.

Ellos son: el general Manuel Jesús Mondragón Campuzano, exjefe de la Región Policial Ica, el General Nicolás Cayo Noriega, exjefe del Área de logística y ex director de administración de la policía y el general Rene Rodríguez Guzmán exjefe de la dirección de logística de la misma institución.

Sin embargo se les olvidó adulterar el cuaderno de control vehicular y además a estas alturas el propio proveedor del servicio fantasma ya reconoció que cobró por un servicio que no dio.

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El proveedor Henry Urbina, era el hombre que siempre ganaba en la PNP porque todo estaba diseñado para que así fuera. Cuando se requería un servicio, el costo era menor a las tres UIT, unos 11.000 soles en el 2014. Por ley estos gastos pueden hacerse por compra directa, sin llamar a concurso. Así fue como Urbina ganó en Ica 153 oportunidades en el 2014 y 50 en el frente Huallaga. Ganaba la empresa a su nombre ‘Autotracto’ o alguna a nombre de su empleado, de su hermano, de su trabajador, de su yerno, era un pulpo consentido y al parecer consentidor. 

El abogado de Urbina, Robert Rivadeneyra, sostiene que su defendido, en realidad, tercerizó el servicio y que fue él el engañado. Sin embargo reconoce que para empezar, Urbina, se ha acogido a la confesión sincera, por tanto tiene que reconocer algún delito.

La fiscalía ha contado en este caso con el apoyo de efectivos de la Oficina de Investigaciones Contra el Crimen Organizado (Offieco), es decir policías han estado investigando a policías. Este sería el andamiaje del robo; según las investigaciones se le atribuye a Henry Urbina, el proveedor, haberse puesto de acuerdo con el general, Manuel Jesus Mondragón Campuzano, jefe de la región policial Ica a fin de salir favorecido en las contrataciones directas relacionadas a la reparación y mantenimiento de vehículos.

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Esto para defraudar al Estado toda vez que los servicios nunca se dieron. Cuarto Poder buscó al general Mondragón, pero no se puso en contacto con el programa. En el caso de la región policial Huallaga, un efectivo de rango medio utilizó una clave ajena para ir creando requerimientos de servicio, poco a poco en complicidad con otros policías fue armando el muñeco en papeles.

El organigrama de la policía muestra que de las diferentes dependencias, frentes y regiones policiales se hacen los requerimientos de servicio que llegan a la dirección de logística de la PNP, ahí se hace el estudio de mercado, se busca a la empresa, se emite la orden de servicio, se certifica la realización del servicio y se manda a la dirección de economía y finanzas que con todo el expediente y el acta de conformidad de que se ha hecho el trabajo se procede al pago.

Por encima de esas dos direcciones está la dirección de administración. El general Nicolás Cayo trabajó como jefe de logística hasta febrero del 2014, de ahí pasó a ser jefe de administración. El fiscal considera que era parte de la trama, que le dejó el camino servido a Ubirna y que miró por interés a otro lado.

El fiscal primero investigó los delitos de colusión y contra la fe pública, pero luego de año y medio solicitó que el caso pase a una fiscalía de crimen organizado porque considera que el delito sería asociación ilícita para delinquir.