Hoy:

    #NoQueremosMorir: Voces unidas contra la inseguridad

    Las principales figuras de la cumbia peruana se reunieron en la marcha #NoQueremosMorir

    Video: Cuarto Poder

    En sus presentaciones, sus fans llenan estadios, pero esta vez coparon varias cuadras de la avenida Abancay. Nunca antes un solo evento logró lo que ni el mejor festival pudo: reunir a las principales figuras de la cumbia peruana en un solo lugar, la denominada marcha #NoQueremosMorir.

    Verlos juntos: Hermanos Yaipén, Corazón Serrano, Agua Marina o el Grupo 5. No es solo inusual, es histórico. La marcha logró lo impensable: unir a las voces que hacen bailar al país en un solo pedido.

    Agua Marina y Grupo 5 comparten algo más que el amor por la cumbia, ambos han sido blancos del crimen: víctimas de ataques por extorsionadores. A tal punto que la casa de los dueños de la orquesta de Monsefú fue atacada no solo a balazos, sino también con la detonación de explosivos.

    Ellos no están solos sobre los escenarios. Viven rodeados de agentes de seguridad que actúan de manera silenciosa, pero extrema. Los tienen cerca y también a cierta distancia. Christian Yaipén confesó que sus agentes de seguridad se colocan con miras telescópicas, tipo francotiradores, cuando ofrecen conciertos multitudinarios.

    El bajista y fundador de la orquesta de Sechura, Agua Marina, se atreve a contarnos algo que pocos sabían. Estuvo a punto de morir en un ataque directo, en el que las balas no solo perforaron el aire sino también su tranquilidad.

    Balearon la casa de Grupo 5. Dispararon contra los integrantes de Agua marina y asaltaron su bus mientras viajaban por la carretera entre Chiclayo y Piura. Lo denunciaron todo. Llenaron formularios, dieron sus testimonios, hicieron los que le pidieron, pero nunca encontraron eco en la policía. Desde entonces, aprendieron a cuidarse solos y tomaron sus propias medidas para salvaguardar sus vidas.

    Llegó la época donde sobre los escenarios hay instrumentos, equipos de sonido y también armas. Donde los cantantes usan micros, pero también chalecos antibalas. Donde los buses están rodeados de fans, pero también de agentes de resguardo.

    Las orquestas alzan la voz. No quieren seguir despidiendo a sus amigos con canciones que deberían hacer bailar y no llorar. Quieren tocar en escenarios, más no en funerales de amigos, de peruanos a quienes se les apaga violentamente la vida.