Lambayeque: delincuente que mató a joven tras balacera fue liberado
Pese a que el ladrón le habría disparado, fue liberado por falta de pruebas
Foto: captura Cuarto Poder
Una banda de delincuentes entra a robar en una casa en Pitipo, Ferreñafe, sin imaginarse que la familia los enfrentaría, desatándose una balacera que dejó dos muertos, entre ellos el hijo mayor de la familia. Además, resultaron cuatro personas heridas. Sin embargo, el cabecilla, quien tiene varias denuncias por hurto y robo agravado en la zona, también habría participado en la muerte de una mujer embarazada y lo dejaron libre por falta de pruebas.
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Todo ocurrió el último domingo. A las 7 de la noche, la familia acababa de cenar, cuando siete delincuentes fuertemente armados, ingresaron a la vivienda para robar. Rolando Siaden, vio como los delincuentes querían tomar de rehén a una de sus hijas. Para evitarlo, fue en busca de su arma, y cuando la tuvo se enfrentó a los delincuentes, quienes inmediatamente le dispararon.
Al ver que su padre estaba herido, José Siaden hijo, trató de ayudarlo, pero recibió un balazo en el pecho. En el fuego cruzado, uno de los delincuentes murió y otros dos resultaron heridos. Entre ellos, Abel Carmona, un nombre ya conocido en la zona, acusado de múltiples atracos y que, además, se le vinculó al crimen de una madre gestante hace tan solo un mes y donde los fiscales encargados del caso lo dejaron libre. Según dijeron, por falta de pruebas pese a que en su mototaxi se encontró sangre, presumiblemente de la víctima.
Abel Carmona, siempre salió libre de polvo y paja a pesar de sus delitos. Sus víctimas lo acusan de ser el cabecilla de los ‘Marranos de Ferreñafe’. Su cómplice sería Julio Morales Carmona, quien prácticamente ha perdido un brazo tras la respuesta de sus víctimas. Ambos fueron capturados por la Policía de la comisaria de Ferreñafe cuando huían del lugar. Aunque están fuera de peligro, siguen hospitalizados.
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Con todos los antecedentes, fiscales y jueces lo dejaron libre y volvió a delinquir. Este pueblo está cansado de sufrir y de llorar a sus muertos por causa de la delincuencia. Por parte de las víctimas, Rolando Siaden Agapito sigue hospitalizado, pero aún nadie le ha querido decir que su hijo mayor está muerto. La familia Siaden Paico vive aterrada y pide garantías por sus vidas.
