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    José Yactayo: revelador video muestra cómo confeso asesino traslada el cadaver

    En nuevas imágenes se ve al joven abandonar edificio con una maleta

    Foto: diario Correo
    Foto: diario Correo

    José Yactayo tenía 56 años y era un periodista reconocido en la televisión. El 25 de febrero acudió a una cita pactada en internet. Su destino final era sin saberlo un departamento en Breña.

    Quien  lo esperaba era Wilfredo Zamora, joven de 27 años. Una debilidad solo aparente, como ya lo ha narrado a la policía. El universitario se esmeró en detallar lo buen anfitrión que quiso ser aquel día. Dijo que para romper la timidez del momento entre ambos le ofreció un whiskey a Yactayo.  

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    Se habían citado a través de una red social exclusiva para gays. Después de un par de horas de conversación inicial, ya entrada la madrugada del 26 de febrero, según Zamora, la relación entra a una fase íntima. Pero es aquí cuando el universitario empieza a tejer una trama difícil de creer.

    Los agentes de Homicidios sabían que algo no calzaba en la versión de Zamora. La necropsia es clara: Yactayo murió violentamente y con señales de asfixia mecánica.  El estudiante cambió de versión y se revela, no solo como una mente perversa y manipuladora, sino como al menos cómplice del crimen.

    Las evidencias concluyen que alguien estranguló a Yactayo. Si fue Zamora solo, o un cómplice, o ambos, es lo que  aún no se logra determinar.  Este se ha cerrado en decir que él lo encontró muerto al llegar del baño pero lo que ha confesado que hizo después lo confirma como una mente desapegada y criminal.

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     Zamora confesó que  teniendo ante sus ojos el cadáver de Yactayo, se fue a dormir como si nada hubiera ocurrido. A las pocas horas despertó y al ver nuevamente al editor muerto en su sofá simplemente lo cubrió con una manta y empezó a tramar su coartada. 

    Primer paso: sacar el chip del celular de Yactayo. Luego continuó con sus actividades normales, incluso se dio el tiempo para averiguar en internet cuál sería su situación legal si en caso descubrieran el cadáver en su casa.

    Wilfredo Zamora pasó la noche en el departamento con el cadáver en su sala. Al despertarse vio en las noticias que los amigos y familiares de Yactayo lo buscaban desesperadamente. Entonces, para no implicarse más, tuvo la terrorífica idea de cercenar el cuerpo, para desaparecerlo fácilmente. Esa misma mañana compró plásticos, bolsas y eligió, de su propio menaje de cocina,  los cuchillos que usaría.

    Con crueldad, dijo que colocó el tórax en una maleta para desaparecerlo primero.
    Precisamente, la División de Desaparecidos de la Dirincri obtuvo un video de las cámaras de seguridad del edificio en Breña. Ahí se ve a Zamora saliendo de su departamento arrastrando el cuerpo del periodista que todos buscaban. En un vehículo se va hasta Andahuasi donde lo abandona, no sin antes, prenderle fuego.

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    El detalle más revelador de la psiquis de Zamora es que compró una refrigeradora especialmente para guardar los restos que quedaban del periodista. Los mismos que fue botando incluso al siguiente día. Para los especialistas de la División de Homicidios, el tiempo invertido y la forma casi perfecta de como cercenó el cadáver borrando toda evidencia que pudiera hablar de su muerte, no lo haría una persona en shock sino una con total conocimiento y control. Por eso, las investigaciones apuntan a que estaría mintiendo, no sólo lo habría descuartizado como él dice, sino también lo habría asesinado.

    “Él ha dormido con el cadáver, compró plásticos, legía, cambió alfombra, lo descuartizó con cuchillos y martillo dice pero el protocolo dice que se usó cierra eléctrica, el hecho de irse tan lejos y no dejar las manos, se preocupó más en desaparecer la cabeza y los genitales, él ha querido ocultar lo terrible de aquella noche”, menciona el jefe de la DIRINCRI: general PNP Núñez.

    En calidad de implicado como posible cómplice está Aldo Cáceda, 69 años, un peruano nacionalizado estadounidense, dueño del departamento y  pareja de Zamora, cuyo auto se usó en la desaparición del cadáver. El volvió a Perú el mismo 28 de febrero y habría estado en la escena del crimen, cuando parte del cuerpo de Yactayo aún estaba en esa casa. Según la policía fue un activo ayudante del estudiante.

    En su manifestación, Wilfredo Zamora dijo que el primero de marzo manipuló la computadora que registra las imágenes de las cámaras de seguridad del edificio, aprovechando que el vigilante no estaba en su puesto. Su intención era borrar lo  captado el 27 de febrero. Aseguró que no pudo hacerlo porque no tenía la clave, pero reconoce que Aldo Cáceda estuvo con él en ese momento pero, que nunca le dijo qué pretendía hacer, sólo que quería cotejar si era el mismo sistema de vigilancia que el que tenían en el departamento.

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    Ni bien las puertas del departamento de Breña se abrieron, los investigadores se dieron cuenta que habían cámaras de seguridad instaladas en la sala y otros ambientes de la casa, hasta en el escritorio. Lo más curioso, estaban conectadas a internet.