Investigan la muerte del Gorrión huanuqueño

Era un empresario y cantante, de corazón chalaco conocido en los escenarios, como el Gorrión huanuqueño. Era popular en el Callao por sus presentaciones, un talentoso artista, que de la noche a la mañana fue encontrado muerto. Un escalofriante caso, donde el asesino, incluso, durmió, por dos días, con el cuerpo de su víctima.

Lo buscaban intensamente, desde el miércoles 29, se hablaba de secuestro y lo que inició como una denuncia por desaparición se convirtió en un horrendo crimen.

Amner Alonso Rivera, era un próspero emprendedor de 52 años, dueño de dos locales de comida, un hombre que empezó desde abajo y que soñaba con algún día, tener su propia cadena de restaurantes, un anhelo que le arrebataron la noche en que acabaron con su vida.

Su cuerpo evidenciaba los signos de un salvaje y macabro ataque. Fue brutalmente asesinado, degollado sin piedad con el pico de una botella, para luego ser embalado con sábanas y plásticos, una forma de deshacerse de los restos, que, según el homicida, habría visto en internet.

Este joven de apariencia inofensiva, de tan sólo 27 años, que se muestra activo en redes sociales y que se luce en videos de Tiktok, es Marlock Salcedo Ballón, un sujeto que habría iniciado una amistad con la víctima, hace más de cuatro meses y que al final, terminó convirtiéndose en su verdugo.

En una especie de quinta, en un cuarto donde solo había una cama y un televisor, la policía encontró en el suelo, el cuerpo en descomposición de Amner Alonso Rivera. Según narra el joven de 27 años, él lo habría matado, el mismo día de la misteriosa desaparición.

Según, la policía, no se le conoce un trabajo formal, aunque estas fotografías nos cuentan que pasó de ser seguridad, a personal municipal de La Perla e incluso, en algún momento, vistió el uniforme militar, haciéndose llamar con orgullo, un comando de la patria.

Marlock Salcedo fue intervenido por la Policía del Callao horas antes que desapareciera los restos del cantante. Fue gracias al GPS del celular del agraviado que se pudo descubrir su paradero.

La víctima, era un admirador de la música folclórica, amante de los huainos y de las coplas andinas. Siempre estuvo inmerso en el ambiente artístico desde hace más de 30 años, donde con esfuerzo se había hecho de un nombre como cantante. Tenía su propia orquesta, con la que se presentaba en los distintos eventos, donde era convocado por su talento, pues, para él no había escenario grande o pequeño, con tal de entonar una de sus amadas melodías.

Hasta el momento, son varias las hipótesis que aún se manejan. Mientras, por un lado, una familia que exige justicia y pide garantías para su vida, por el otro, un asesino que dice ser víctima de las circunstancias.