Hoy:

    Gobierno teme guerra de tribus tras muerte de indígena

    No contactados lo asesinaron con una flecha.

    Foto: actualidadambiental.pe
    Foto: actualidadambiental.pe

    El gobierno peruano busca dialogar con la tribu Mashco-Piro, rompiendo su aislamiento, luego de que estos mataran de un flechazo a un nativo Shipetiari, y así evitar una posible guerra de tribus en la Amazonia peruana.

    "Probablemente tengamos que tomar la decisión de establecer un diálogo para que ellos mismos nos digan qué está pasando", dijo el lunes a AFP Lorena Prieto, directora de Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial, del Ministerio de Cultura.

    El viernes primero de mayo, mientras la mayoría de los comuneros Shipetiari estaba fuera de casa en sus faenas cotidianas en una reserva de la región de Madre de Dios (sudeste), Leo Pérez Peña, de 20 años e hijo del expresidente comunal, se acercó a una de las chacras de su comunidad, alertado por la presencia de mashco-piros, y fue impactado en su pecho por una flecha, falleciendo en el acto.

    El Ministerio de Cultura envió a la zona a un equipo técnico para evaluar y "llevar calma" a la comunidad atacada. "Un acto de venganza por parte de la comunidad (atacada, la Shipetiari), significaría una guerra entre grupos; lo cual sería una tragedia", aseguró Prieto.

    El gobierno también estudia la posibilidad de evacuar a los comuneros: "Seguramente tengan que salir de ahí temporalmente, es peligroso que se queden", agregó la funcionaria.

    La comunidad nativa Shipetiari está conformada por 35 familias, y se trata de un grupo humano disperso, cuyas casas están separadas por montes. Los mashco-piro, es una etnia cazadora y recolectora de unos 800 miembros que vive aislada y sin contacto con la civilización.

    La actitud habitual de los mashco-piro era huir de los extraños pero, desde 2014, estos han salido de su territorio, aparentemente, en busca de alimentos. La hipótesis que manejan tanto el gobierno como las organizaciones nativas es que la tribu estaría siendo desplazada por la minería y la tala ilegal.

    "Aún no hay explicación lógica para el comportamiento de estos indígenas (…) pero se debería a la presión que sobre ellos ejercen los colonos, madereros ilegales y otros; o quizás la necesidad de recuperar sus territorios ancestrales", señala en una nota la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (FENAMAD).

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    En Madre de Dios, frontera con Brasil, hay unos 4.005 indígenas, la mayoría de la etnia de los harakbuts (1.628), seguida por los machiguengas (705) y los yines (607), según cifras oficiales.

    Son tres los pueblos en aislamiento como los mascho-piro. Establecer contacto con ellos supone un riesgo para su salud, debido a que por su condición de aislamiento, tienen un sistema inmunológico muy vulnerable a los gérmenes. AFP