Fiscalía liberó a acusado de doble crimen con martillo

El 23 de julio de este año, dos trabajadores de una cabina de internet fueron asesinados a martillazos. Luego de tres meses de un trabajo de investigación policial, se logró la captura del presunto asesino, pero la Fiscalía lo dejó en libertad. Domingo Al Día presenta imágenes inéditas del día en que se ejecutó el doble crimen y el testimonio del familiar de una de las víctimas.

Ha pasado poco más de dos meses desde el asesinato del dueño de una cabina de internet y de su trabajador, ubicado en Jesús María. Las vidas de Luis Héctor Tapia Candela y Eliazar Gabriel González Casas fueron apagadas a punta de feroces e inclementes martillazos. 

El principal sospechoso de este violento ataque sería un amigo de las víctimas. Un hombre que gozaba de su confianza desde hace ocho años y al que ayudaban cada vez que lo necesitaba. Las investigaciones policiales, testigos y familiares sindican a Yhan Maycol Ipiza Monteagudo, más conocido como Parcero.

Para contar esta historia nos remontamos al año 2017. Cuando alias "Parcero" entabló una amistad con Héctor Tapia y Gabriel González. Sus antecedentes lo calificaban también como una persona violenta, pero Héctor y Gabriel decidieron ignorar dicha información y lo trataron como uno más de la familia.

Cada vez que requería un techo donde pasar la noche o dinero para sus pasajes, Hector y Gabriel lo apoyaban. Estas conversaciones grafican claramente la camaradería que existía entre ellos.

Hasta que, en junio de este año, acusaron a alias Parcero de haberse robado dos memorias. Aunque se sentían traicionados, le abrieron nuevamente las puertas de su negocio sin saber que sería la última vez. 

Según la investigación policial, mientras Héctor dormía en una de las habitaciones ambientadas dentro de su local, recibió el fulminante y certero golpe de un martillo, muriendo instantáneamente.

Luego, el criminal se dirigió a Gabriel y lo atacó con la misma herramienta. Aunque intentó defenderse, la furia descontrolada del homicida pudo más y su cuerpo quedó tendido cerca del portón.

Pasaron las horas y las luces se apagaron. A las 11:16 de la noche el homicida salió del establecimiento cargando el monitor de una computadora, dejando atrás las marcas de su escalofriante acto. Las cámaras de videovigilancia de la municipalidad de Jesús María lo siguieron por varias cuadras más.

Cuando los familiares de los agraviados visualizaron estas imágenes, supieron identificar rápidamente al hombre encapuchado. Para ellos, no existía duda: era Maycol Ipinza. El trabajo de inteligencia por parte de los policías del departamento de investigación criminal de Jesús María no se hizo esperar. Recopilando datos y contrastando información de testigos, lograron ubicar a este joven de 26 años.

Siguieron cada uno de sus movimientos en los alrededores de la plaza Bolognesi en Cercado de Lima, donde presuntamente realizaba un pase de droga. Ya con la detención preliminar solicitada por el Ministerio Público y dictada por un juez, los agentes fueron directos a capturarlo. Alias Parcero se encontraba frente a un hotel ubicado en el asentamiento humano. Cuatro suyos de Ventanilla.

Al ser enmarrocado, Maikol Ipinza negó haber cometido el doble asesinato. Un testimonio cargado de contradicciones, según las autoridades.

A pesar de todas estas pruebas, un representante del Ministerio Público decidió poner a alias Parcero en libertad. Antes de salir corriendo de la dependencia policial hizo un gesto burlón a la cámara que lo grababa. Como si la impunidad hubiera salido victoriosa.

Con su liberación, la pesadilla empezó para los seres queridos de las víctimas. Apenas Maikol recuperó su celular, envió estos mensajes a uno de los familiares.

Nos comunicamos con el área de prensa del ministerio público para recoger la versión de la fiscal titular Katherine Borrero Soto, quien dispuso la inmediata libertad del principal sospechoso de este crimen, pero nos informaron que prefiere no pronunciarse.

La principal hipótesis que tienen los investigadores es que el móvil del sanguinario atentado sería por robo. El dolor de los seres queridos de las víctimas se multiplica, al saber que el asesino sigue por las calles.