Daño monumental a edifico histórico del Congreso, Hospicio Ruíz Dávila

Monumento histórico protegido por ley, enfrenta un grave peligro por un proyecto del Congreso que podría deteriorarlo severamente

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A tan solo unos metros del Parlamento, aparece un monumento histórico de la Nación protegido por ley, pero desprotegido por el propio Congreso que carga hoy en sus estructuras lo que podría ser su condena.

El Hospicio Ruíz Dávila, declarado patrimonio cultural de la Nación, es una de las sedes de Palacio Legislativo… hoy en riesgo de deteriorarse severamente tras la ejecución de un contrato, que lo pone en peligro, firmado por el propio Poder Legislativo.

A finales del año pasado, se autorizó la contratación de un servicio de impermeabilización para el techo del Hospicio, con el objetivo de proteger el edificio de las lluvias y filtraciones.

El contrato fue adjudicado al Consorcio Santos, una empresa cuyos antecedentes y domicilio legal han levantado dudas sobre la transparencia del proceso. Aunque el Congreso afirma que se utilizó material metálico de aluminio, los Términos de Referencia del contrato especifican el uso de acero galvanizado.

El arquitecto Jorge Orrego, quien supervisó la restauración del Hospicio, ha manifestado su preocupación sobre la calidad y el impacto de los trabajos realizados. Según Orrego, las imágenes del estado actual del monumento sugieren que la intervención podría estar poniendo en riesgo la integridad del edificio.

La Municipalidad de Lima, a través de PROLIMA, ha solicitado al Congreso que detenga el proyecto, citando las normativas locales que deben cumplirse en la intervención de patrimonio cultural.

A pesar de esta solicitud, el Congreso ha continuado con los trabajos, amparándose en una ley que le otorga amplias facultades para intervenir en el patrimonio cultural sin restricciones significativas.

La falta de transparencia en la adjudicación del contrato es alarmante. El contrato firmado con el Consorcio Santos no aparece en el portal del OSCE, lo que impide conocer el costo real de los trabajos y detalles del proceso.

La empresa ganadora del contrato no tiene un historial claro de contratos con el Estado, lo que añade más interrogantes sobre cómo se adjudicó este servicio al consorcio en cuestión.

El Hospicio Ruiz Dávila, además de la intervención en su techado, ha sido modificado internamente con la instalación de equipos de aire acondicionado, que han llevado a perforaciones en sus históricas ventanas. Estas alteraciones, realizadas sin la debida autorización, agravan aún más la situación.

Los hechos ya han sido denunciados por el congresista Héctor Valer ante fiscalía y el Ministerio de Cultura. En imágenes quedará, como triste recuerdo, el Hospicio Ruiz Dávila oprimido por el propio Congreso.

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