El cuaderno amarillo: La agenda secreta de Dina Boluarte
Antes de convertirse en la nueva presidenta de nuestro país, Dina Boluarte tuvo una serie de reuniones con personajes que negó y negaron conocerla. Hoy se revelan datos escondidos de aquellos personajes y lo que coordinaban
Un cuaderno amarillo guarda apuntes que son el hilo de una madeja que lleva a diferentes historias, todas relacionadas a la presidenta de la República, Dina Boluarte.
Esas anotaciones las hizo la profesora identificada como Maritza Sánchez Perales quien, en abril del 2021, convirtió el cuaderno amarillo en una improvisada, pero bien organizada agenda de la entonces candidata a la vicepresidencia, en la que se registran reuniones y citas que se realizaron durante la segunda vuelta electoral.
Sánchez Perales es una maestra que participó en la huelga docente del 2017. Ahí conoció a Pedro Castillo. Desde ese momento no perdieron contacto. En abril del 2021 el entonces candidato a la presidencia la citó en este local de Perú Libre para pedirle un favor: Que ayude a su vicepresidenta.
Maritza Sánchez aceptó y al instante cruzó la avenida Brasil para ir al Club Apurímac, que Boluarte usaba como local de campaña. Se presentó y la candidata le pidió que organice una agenda porque había muchas personas que pedían reuniones. Es entonces donde se empiezan a escribir las historias. El 22 de abril del 2021 la maestra realizó las primeras anotaciones. Ese mismo día llegó al Club Apurímac un personaje que se convirtió en pieza clave para la campaña de Dina Boluarte. Se presentó como Henry Shimabukuro.
Dina Boluarte aceptó la propuesta y Maritza Sánchez se encargó de rendir cuentas tanto a Boluarte como a Shimabukuro, como lo demuestran unos mensajes de Whatsapp donde las mismas boletas que le envió al empresario, se las reenviaba a la actual presidenta quien hacía los pedidos de todo lo que se necesitaba. Shimabukuro empezó a cubrir todos los gastos logísticos. Desde pasajes de avión hasta los carros en los que Dina Boluarte se movilizaba.
También pagó los estrados donde Boluarte iba, para acompañar a Pedro Castillo. Escenarios que podían costar cerca de 80 mil soles y que el propio Shimabukuro se encargaba de vigilar que estén bien instalados. En resumen, Shimabukuro se puso la camiseta y la casaca, a tal punto que cualquier idea que Dina Boluarte tuvo, él la hizo realidad.
Lo curioso es que ni Henry Shimabukuro, ni sus empresas, figuran en la rendición de cuenta de gastos de campaña de Perú Libre. Pero no solo eso, hubo dinero que salió de los bolsillos que fueron a parar a las manos de la propia Dina Boluarte, según Maritza Sánchez. Ella cuenta que en uno de esos días de mayo, Boluarte la llamó y le preguntó si tenía un número de cuenta en el Banco de Crédito. Ella le dijo que sí. Boluarte le dijo que se lo entregara a Shimabukuro porque le iba a depositar tres mil 762 soles.
Maritza Sánchez retiró el dinero y buscó a la candidata para preguntarle qué se iba a comprar para la campaña. Sin embargo, Dina Boluarte tenía otros planes; esto ocasionó que Sánchez se molestara y le pidiera explicaciones a Shimabukuro quien le dio una respuesta que le hizo confirmar su sospecha. Antonella Agarín era la secretaria personal de Dina Boluarte, una persona de confianza que también está mencionada en la agenda. Cuarto Poder intentó comunicarla para preguntar si hubo más “cariños” de Shimabukuro, pero no respondió los mensajes.
Pero ese dinero en efectivo no fue el único que ingresó. Maritza Sánchez cuenta que por quincena de mayo Shimabukuro asumió gastos administrativos del Club Apurímac. El monto que se iba a pagar era cerca de 12 mil soles. Fue el propio Shimabukuro quien llevó el dinero al Club Apurímac.
Aquí ingresa Víctor Hugo Torres Merino. Un amigo Dina Boluarte y de su hermano Nicanor, a quien vemos juntos en una foto en la juramentación del nuevo Gobierno en 2021. Torres Merino tiene más trabajo desde que su amiga llegó a la vicepresidencia. Antes de eso nunca trabajó para el Estado, pero ahora, desde noviembre del 2021 a la fecha, tiene cuatro contratos que suman 47 mil soles con el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social. Los cuatro contratos se firmaron cuando Boluarte estaba a cargo de dicha cartera. También se intentó ubicarlo para sus descargos, pero no hubo suerte.
Pero Shimabukuro no solo se ocupó de la campaña y de los gastos del Club Apurímac. El empresario, según Maritza Sánchez, se preocupaba hasta de los desperfectos domésticos de Dina Boluarte. Sánchez cuenta que Henry Simabukuro iba a recoger a Boluarte a su casa de Surquillo y que en uno de esos días ella tardó en salir porque su terma estaba malograda.
Shimabukuro terminó ocupándose también de otros gastos, como lo fueron los trajes que Dina Boluarte usó para juramentar como vicepresidenta. Según Sánchez, Shimabukuro le pidió sugerencias para concretar esa compra de ropa.
Sánchez le recomendó incluso hasta la tienda donde podía encontrar esos elegantes diseños. Fue sin duda Shimabukuro el más importante aportante a la campaña de Boluarte, por eso resulta extraño que la hoy presidenta de la República, haya evitado opinar sobre él en octubre del año pasado. Cuando la justicia ya investigaba al empresario como miembro del llamado "Gabinete a la sombra" de Pedro Castillo y los actos de corrupción de su Gobierno.
La historia de Dina Boluarte y Shimabukuro se desprende de uno de los primeros datos que da el cuaderno amarillo donde se anotaron reuniones. Pero esas páginas guardan más secretos de la campaña de la hoy presidenta del país.
El 19 de mayo se agendó una reunión muy importante para el entorno de Dina Boluarte. Marcela Saldarriaga fue la mano derecha de Boluarte en la campaña electoral. Fue ella quien le insistió para que la entonces candidata se reuniera con el empresario Eduvijes Beltrán, mejor conocido como Edu. Nacido en Huánuco, pero hizo empresa en Chimbote. gracias a la venta de conservas. Según Maritza Sánchez, la reunión se realizó en una casona ubicada en la cuadra 15 de la Avenida Inca Garcilaso de la Vega, en esa fecha el nuevo local de campaña.
Según Sánchez, en uno de los ambientes de la casona se realizó dicho reunión donde participaron Dina Boluarte, Edu Beltrán, Marcela Saldarriaga y ella. Asegura que el empresario llegó con cajas de atún para los militantes del partido. Sánchez se alegró porque pensó que podía compartirlas con los visitantes. Sin embargo, Dina Baluarte tenía en mente otro destino.
Lo primero que hizo Beltrán al iniciar la reunión fue promocionar su empresa y sus productos, decía que él estaba en la capacidad de ocuparse de todos los programas sociales estatales que brinden comida a la población. Beltrán ofreció su ayuda económica para la campaña. Al instante, Marcela Saldarriaga le dice que necesitaban 150 mil soles para financiar la batucada del partido. Maritza Sánchez le contó la escena a Henry Shimabukuro, el gran aportante a la campaña de Dina Boluarte, quien se sorprendió porque él ya había cubierto el gasto total de la batucada.
La reunión terminó y Marcela Saldarriaga se fue a almorzar con Edu Beltrán mientras Dina Boluarte seguía con sus reuniones de campaña. No pasó mucho tiempo para que Marcela Saldarriaga le enviara diferentes mensajes a Maritza Sánchez, diciéndole que era sumamente importante que la candidata vaya a almorzar con el empresario.
Hasta donde Maritza Sánchez sabe, Dina Boluarte no fue al almuerzo, sin embargo, la propia Marcela Saldarriaga acepta que vio más de una vez al empresario pero que nunca le pidió dinero.
Beltrán ha hablado del tema una sola vez. El dice que no conoce a la presidenta y que mucho menos se ha reunido con ella. Beltrán dice, además, que no le vende al estado, pero su hijo mayor sí lo hace.
El es William Beltrán Espinoza, tiene 29 años y es hijo de Edu Beltrán. Tiene una empresa llamada Corporación Beltrán Espinoza la misma que antes de que Boluarte llegue al poder solo le había vendido 5 mil soles al Estado, pero su suerte cambió cuando Dina Boluarte fue vicepresidenta. Desde esa fecha tiene cuatro contratos que suman 915 mil soles. Dos de esos contratos son con municipalidades y otras dos con una institución que depende directamente del Gobierno Central, Indeci. Cuarto Poder también se buscó al empresario Edu Beltrán, pero no los atendió.
Estas historias y nuevos datos se descubren partiendo de la agenda de la entonces candidata. Algunas de esas historias, no están del todo claras como, sí lo están las letras y números que guardan las aún bien conservadas hojas del cuaderno amarillo.