La crónica de la represión policial que cobró la vida de 2 jóvenes en marchas
Tras estas manifestaciones, el presidente Manuel Merino presentó su dimisión al cargo
La última marcha en contra de la asunción de mando de Manuel Merino el día sábado ha dejado como saldo dos jóvenes asesinados por la represión policial: Inti Sotelo y Brian Pintado Sánchez.
El primero tenía 4 impactos de perdigón en el tórax, y el letal fue el que se le encontró a la altura del corazón. Tenía 22 años y era estudiante de turismo en un instituto de Lima.
El segundo murió por 11 proyectiles de la PNP en el rostro y en el cuello. Era un universitario de 24 años que estaba desarmado y que falleció camino del hospital Almenara, de Essalud.
Cuando se confirmó la primera muerte, ni un solo pronunciamiento del Ejecutivo apareció al momento mientras que a hospitales llegaban decenas de chicos que estaban en la marcha.
De la manifestación participaron miles de ciudadanos que protestaban de manera pacífica, con ninguna otra arma que sus voces y sus pancartas. Más de 44 organizaciones y colectivos estaban en un solo espacio.
Sin ningún enfrentamiento, sin ninguna provocación.
A partir de las 6 de la tarde, la multitud empezó las corridas desde la Plaza San Martín hacia la avenida Nicolás de Piérola (La Colmena). La movilización se trasladó entonces a la avenida Abancay.
Muchas de las personas que estaban delante del grupo pertenecían a barras organizadas de fútbol. Entonces un grupo reducido lanzó botellas provocando a agentes armados.
Los policías avanzaron con sus escudos en mano pese a que la mayoría de personas solo gritaban en Abancay.
Ninguno de los barristas violentos fue detenido.
Minutos después, los manifestantes desplegaron una bandera inmensa, y entonces la respuesta de los agentes fue jalar el gatillo. Ahí se inició la represión violenta en una zona en la que solo había periodistas y manifestantes pacíficos.
La PNP, en lugar de disparar lacrimógenas hacia arriba, lo hacían hacia la gente, directamente a los pies.
Estaban a menos de un metro de distancia.
Uno de estos proyectiles terminó impactando e hiriendo al periodista José Miguel Hidalgo, de Cuarto Poder, quien cubría la manifestación. El impacto causó un gran hematoma y una quemazón en la zona.
El ministro Gastón Rodríguez aseguró en un medio radial que aquella noche la PNP no había hecho uso de perdigones porque "estaba restringido", sin embargo los periodistas lesionados y otros afectados desmienten esta versión.
Durante las protestas los manifestantes también captaron a agentes terna infiltrados en la manifestación, algo absolutamente ajeno a la naturaleza del cuerpo policial.
Mientras tanto había personas que intentaban escapar de las zonas de batalla, aunque por momentos era imposible.
Las manifestaciones se sucedieron durante varios días y en todas las ciudades del país. La primera del jueves fue un aviso, la del sábado fue letal y sangrienta.
La Oficina de Derechos Humanos de la Asociación Nacional de Periodistas informó que hubo 35 casos de agresión a equipos de prensa, de los cuales 6 periodistas recibieron impactos de perdigones y canicas.
Mientras que el Mininter informó que 11 policías resultaron heridos.
Aún falta identificar quién dio la orden de disparar y qué tipo de arma se utilizó para reprimir a los manifestantes. Este fue el triste final para una semana de protestas y dimisiones.