Clínicas: hallan alimentos vencidos y equipos insuficientes en los quirófanos
Además, personal sin registro sanitario, falta de protocolos para la administración de sangre, entre otros, en clínicas locales particulares
Al hablar de salud pública en nuestro país es inevitable que la falta de atención, de diagnósticos, de equipos, de medicamentos salten a la vista, las camas insuficientes, los vergonzosos “negociazos”. Pero tal parece que esta realidad no es exclusividad del sector público, sino más común de lo que se imagina en el sector privado.
Falta de equipos en áreas críticas, trabajadores sin licencia sanitaria vigente, equipos médicos sin licencia y mantenimiento, son solo algunas de las observaciones que la Superintendencia Nacional de Salud (SuSalud) encontró en ocho clínicas privadas en Lima, pero además, halló vencidos no solo medicamentos sino también algunos alimentos.
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La informalidad enquistada también en el sector privado, donde se cubre a dos millones de pacientes aproximadamente. Un mercado menor, en comparación con los afiliados del Sistema Integral de Salud y de los asegurados de EsSalud, pero que tampoco pisa en terreno seguro aunque se pague por una consulta.
Esta semana nos infiltramos en esta impensada realidad de la carencia privada. Una de las clínicas observadas por SuSalud es la clínica Higuereta, ubicada en Miraflores. Se trata de la clínica que hasta hace poco respondía a la razón Osteoporosis SAC., donde Carlos Moreno, el ex asesor presidencial, montaba “negociazos” a puerta cerrada, a costa de los más pobres.
Esta clínica que se preciaba de tener equipos de última generación, y donde se planeaba ganar mucho dinero trasladando pacientes del SIS como parte de un negocio redondo, como se evidenció en los audios del escándalo es hoy la clínica Higuereta, donde SuSalud encontró, según consta en esta resolución administrativa, medicamentos y dispositivos médicos vencidos, los mismos que se encontraban junto a medicamentos vigentes y aptos para ser usados, poniendo en riesgo la salud de los pacientes.
En el área de esterilización también se evidenció que no contaban con un básico lavatorio de manos. Más grave aún, clínica Higuereta, según el informe, no cuenta con un protocolo para la administración de sangre y componentes, es decir, para poder clasificar los tipos de sangre que se almacenan esperando su uso para las intervenciones.
Además, ¿qué hacía un voluminoso equipo electrocardiógrafo y lotes de medicamentos vencidos con códigos de la Marina de Guerra en la clínica Higuereta? ¿Acaso se trata de algún otro negociazo? ¿Dónde están esos equipos y lotes ahora? Por el momento solo pudimos ver que un oficial los retiró raudamente la misma tarde de la intervención.
El capitán de Navío, Wilfredo Ordaya, Director del Centro Medico Naval, dijo que todo este extrañísimo asunto se viene investigando. “Inmediatamente una junta médica hizo una inspección en unidades críticas, verificando que sí faltaba este equipo y eso es materia de investigación (…) El equipo fue adquirido en el 2014 y asignado a la UCI Quirúrgica, si en el transcurso de la investigación hay personal involucrado, que aparentemente así es, la Marina pondrá medidas correctivas”, dijo.
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En la clínica donde se hablaba de negociazos, aparecen equipos y medicamentos de la Marina de Guerra que debían estar en establecimientos de esa institución. Por supuesto, buscamos la versión de los responsables de la clínica Higuereta, pero no obtuvimos respuesta.
Otra de las clínicas que fue observada por SuSalud, es la clínica Javier Prado, una de las principales y más concurridas de Lima. Según una resolución del 22 de agosto de este año en el área de Nutrición y Dietética, no cuentan con un almacén de productos perecibles y las cámaras conservadoras de carnes, verduras, y hortalizas no cuentan con el control de la temperatura. En esta área, SuSalud encontró incluso el queso crema vencido desde mayo de este año, tres meses. Los embutidos también estaban vencidos, por si fuera poco, el personal que trabaja en esta área no tiene el carné de sanidad vigente, 9 vencieron en enero de este año y uno en julio.
Sin embargo, según la norma técnica de salud, aprobada en el 2013, el personal que manipule alimentos deberá contar con carné de sanidad vigente. A la clínica Javier Prado también le han observado el no tener un plan de seguridad del paciente.
Lo hallado por SuSalud derivó en la suspensión temporal del área quirúrgica, porque no se cuenta con un coche de paro, un dispositivo obligatorio por cada quirófano que puede salvar a la vida del paciente ante un paro cardiorrespiratorio, algo básico y vital en una intervención quirúrgica.
La norma fue dada en el 2014 por el Ministerio de Salud, y es cuestionada por los representantes de las clínicas. El representante de la clínica Javier Prado, al menos, parece confiar mucho en la suerte. La clínica Javier Prado tampoco tenía vigentes los contratos con las ambulancias, entre otros detalles más.
Ese es el reflejo de que hasta hace pocos años no se controlara el sector privado de la salud. La Superintendencia existe desde el 2013 y estos operativos se vienen dando con mayor frecuencia desde agosto de 2016. Esto fue lo que se encontró en la Clínica González, ubicada en Lince.
Aquí los desechos biocontaminantes salían por la misma puerta por donde entraban los usuarios, pero también las salas quirúrgicas no cuentan con los suficientes coches de paro como manda la norma. Según la resolución de SuSalud, en esta clínica incluso se encontró que el equipo de rayos X no tenía licencia de operación.
En el centro de fertilidad Quito, ubicado en el centro de Lima, SuSalud, también encontró medicamentos vencidos y ausencia de historias clínica.
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El consorcio Salud Lima Sur, Grupo Dafi Asociados, policlínico Santa Beatriz y policlínico Universal, completan la lista de 8 clínicas observadas por SUSALUD y aunque algunas de sus áreas han sido suspendidas temporalmente, tienen un plazo corto para subsanarlas. En el caso de la Clínica Javier Prado ya fueron levantadas, pero todo esto ha elevado la preocupación en el sector salud.
El 50 % de la informalidad en el sector salud se da en Lima y Callao, las normas están dadas para cumplirlas en beneficio de la salud de los pacientes. Una vida sana vale más que un bolsillo lleno, de todos depende que el sistema de salud funcione mejor cada día.