Hoy:

    ‘Caracol’: todo lo que debes saber sobre el cabecilla de la banda ‘Barrio King’

    Recuperó su libertad realizando manualidades con yute.

    Video: Cuarto Poder

    Gerson Gálvez Calle, efectivamente parece hacerle honor a su alias ‘Caracol’ y tener una coraza que lo protege y lo vuelve invisible. Un halo de misterio envuelve al hombre más temido y buscado de la provincia del Callao.   

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    De lo poco que se sabe de él, es que nació en el Callao en noviembre de 1982, que pasó una temporada en Maranguita antes de los 17 años y que a sus 33 años es sindicado como el cabecilla de una enorme red criminal que se dedicaría, supuestamente, a la extorsión, el asesinato y el narcotráfico. 

    Armando Trujillo, abogado de Gálvez Calle, quien suele enviar cartas notariales a todos los medios de comunicación cada vez que se habla de su defendido. A pesar de ello, aún hay mucho por esclarecer en torno a Gálvez Calle, de quien se sospecha tendría responsabilidad en el atentado contra Gerald Oropeza, la muerte de Wilbur Castillo y las supuestas amenazas en contra de este fiscal, Juan Mendoza, titular de la Primera Fiscalía de Crimen Organizado.

    “Yo al respecto estoy muy preocupado, por mi vida el sicariato está pagando 80 mil dólares y que se ha incrementado porque aún no se ha conseguido. En mi vida he investigado a Caracol”, dijo temeroso Juan Mendoza Abarca de la Primera Fiscalía de Crimen Organizado. 

    Cuarto Poder obtuvo documentos, sin duda, reveladores. Evaluaciones sicológicas de Gálvez Calle que datan del 2011 y 2012 cuando él se encontraba recluido en el Pabellón de Máxima Seguridad del Penal Sarita Colonia del Callao.

    Gálvez Calle había sido sentenciado a 15 años de prisión en octubre de 2003, cuando apenas tenía 21 años, por los delitos de homicidio en grado de tentativa y tenencia ilegal de armas. 

    Increíblemente en el 2014 salió en libertad acogiéndose a una redención de pena por trabajo en un taller de manualidades con yute. Así como lo escucha. Su condena se cumplía recién en octubre del 2018. 

    Se especula que mucho tendría que ver  que durante su estadía no fue un preso común. Era un auténtico "taita", un líder que era nexo entre las autoridades y los demás presidiarios. 

    “Yo sí conozco porque era delegado de un pabellón, yo he escuchado la declaración de que ha visto toda su hoja de servicio, los certificados tienen que hablar y si hay alguna irregularidad que se castigue”, indicó el ministro del Interior, José Pérez Guadalupe. 

    Gálvez Calle salió libre en octubre de 2014 luego de acogerse al beneficio de los 2 días de pena contados x 1dia de trabajo. El cómputo por sus trabajos manuales con yute fue de 2,927 días. Es decir, 48 meses y 23 días.  En aritmética simple, para pagar su condena Gálvez Calle se tendría que haber pasado 20 días de cada mes tejiendo. El asunto es que esta impresionante proactividad no se condice con el perfil sicológico que detallan estos documentos. 

    Gálvez Calle nunca aprobó las evaluaciones sicológicas a las que era sometido en el penal. Según este documento en el 2011, a los 28 años, presentaba inestabilidad emocional y respondía de manera desfavorable al tratamiento sicológico que recibía. 

    Si bien en lo que respecta a aseo e higiene presentaba observaciones favorables no así en lo que se refería a relaciones interpersonales y adaptación al medio. La evaluación final ese año pinta a un "Caracol" desadaptado y violento. 

    La cosa no cambió mucho en el 2012. Es más, se recomendaba su retorno al área de máxima seguridad. Seis meses después volvió a presentar los mismos problemas, además de una actitud irrespetuosa hacia los profesionales del INPE. No es éste el perfil precisamente de un preso buscando su redención como pacifico tejedor. 

    Gálvez Calle abandonó el penal Sarita Colonia el 3 de octubre del año pasado por la noche. Coincidentemente ese mismo día, al borde de su plazo final,  la Fiscalía Antidrogas del Callao lo denunciaba por tráfico ilícito de drogas, basada en una investigación con interceptaciones telefónicas de por medio, que sostenía que Gálvez Calle integraba una organización dedicada a la exportación de droga desde el Huallaga. 

    Según esta investigación Caracol hacia algo más que manualidades, coordinaba desde el Penal a través de teléfonos celulares, pero la noticia llegó  tarde,  Caracol había sido más rápido que la ley una vez más. 

    Lo concreto es que tras la excarcelación de este sujeto, mucha sangre empezó a correr por el Callao y la guerra del narcotráfico en el puerto abandonó el silencio para llegar a las primeras planas. 

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    A partir de la explosión del Porsche de Oropeza, siguieron muchas muertes relacionadas y ahora último el asesinato de Wilbur Castillo, todo indica, por haber delatado al supuesto brazo armado de Caracol, los peligrosos Barrió King. Ahora, el fiscal Juan Mendoza, quien participo de esta última investigación y todos los días viste un chaleco antibalas, dice también formar parte de su lista negra.