La Policía capturó a una banda de sicarios, que grababan los asesinatos de sus víctimas para luego subir las imágenes a redes sociales. Ellos utilizaban un arma con la figura de una calavera y habrían perpetrado 4 asesinatos en Piura y Chiclayo, al parecer el móvil siempre fue el ajuste de cuentas.
“Todo nos lleva a ver que habría una pugna entre banda criminales porque el que esta victimado también es un delincuente, estamos viendo en Piura qué relación tiene la misma situación”, indicó el coronel PNP José Oblitas Arias, jefe de la Divincri Chiclayo.
Son sanguinarios sujetos que pertenecían a una banda criminal llamada Las Calaveras del Norte dedicaba al sicariato, y extorsiones.
A las cuatro de la tarde, Brayan Eddison Ale Gamarra de 24 años se encontraba durmiendo junto a su pareja en las afueras de su casa ubicada en la avenida Alfonso Ugarte en Lambayeque, cuando de pronto un sicario llegó al ataque. Sin piedad le dispara directamente a la cabeza. Luego de tres balazos observan si hay alguien más en la casa, y regresan para aniquilarlo de dos tiros más, dejando un aterrador mensaje.
El sicario se sube a una motocicleta donde se encontraba su cómplice y se van… por el acento de su voz se presume que se trataba de un ciudadano venezolano, quien venía grabando con su celular cada detalle de este violento ataque.
Según la policía, luego estos sujetos subieron el video a las redes sociales para amedrentar a miembros de bandas rivales. La hipótesis policial señala que la víctima habría cometido diversos hechos delictivos en agravio de una organización criminal llamada Los Gallegos dedicaba a los préstamos en la modalidad del gota a gota. Con esto Brayan Ale Gamarra habría firmado su sentencia a muerte.
Mientras le disparan le dicen “para que respetes el sistema”, lo que determinaría que trata de un ajuste de cuentas de una sanguinaria organización. Luego estos sicarios, subieron el video a un grupo de wasap llamado los gallegos, colocando este mensaje.
Los Gallegos decían tener el control en Paita, Piura, Sullana, Talara, Tambo Grande, Chulucanas, Trujillo y todo el Perú. Luego de un paciente trabajo de inteligencia, la Policía descubrió que miembros de esta banda alquilaban unas habitaciones en la urbanización Los Cedros de la Pradera en Pimentel.
Asi lograron intervenir a los venezolanos Carlos Eduardo Lopez Chavez de 27 años alias Boyka, cabecilla de esta banda criminal, natural de Yaracuy y su pareja Nilcea Michel Suarez Bastidas de 28 años alias Pana, que estaban a bordo de una motocicleta.
A él se le halló un arma de fuego abastecida con 13 municiones, la misma que había sido denunciada como robada el 5 de octubre del 2021 en la ciudad de Jaén, Cajamarca.
En otra vivienda se intervino a Franklin José Velasquez Sanchez de 24 años alias Chamo. Según la Policía era quien manejaba la motocicleta el día del crimen. Llevaba una pistola con la serie erradicada y en la parte posterior llevaba la imagen de una calavera, además se le halló 15 cartuchos y una granada de guerra,
Decía que el arma se la había entregado Carlos Eduardo Lopez Chavez para guardarla. En su casa la policía encontró también droga, prendas de vestir y un casco de motocicleta. Allí vivía con su pareja Wilcelis Carolina Ramos Suarez de 19 años, alias Chama.
Los agentes policiales descubrieron además que, Carlos Eduardo Lopez Chavez no era realmente esta persona su verdadero nombre era Luis Arturo Estaper Hurtado de 28 años, quien habría suplantado la identidad de un ciudadano venezolano que no tenía ningún antecedente.
Al revisar su historial delictivo, Luis Estaper tenía antecedentes por los delitos de uso indebido de armas de fuego, ocultación de arma, violencia o resistencia a la autoridad y homicidio en Venezuela. Era un peligroso sicario que quería pasar desapercibido en nuestro país y sería el quien acabó con la vida de estas personas en el norte peruano.
Todos estos extranjeros son acusados de los delitos contra la vida, el cuerpo y la salud, modalidad de sicariato, contra la salud pública, tráfico ilícito de drogas, tenencia ilegal de armas de fuego, munición y artefacto explosivo.
Son peligrosos sicarios que han desatado una guerra en Chiclayo y Piura, acabando con la vida de miembros de bandas rivales por ajuste de cuentas, disputando la hegemonía de la zona con sangre.