Hoy:

    Canta Callao: continuación de avenida se ha convertido en un basural

    Vecinos denunciaron invasiones en la zona y que en el terreno incluso arrojan cadáveres

    En el terreno hay, asimismo, cementerios de autos, ladrilleras y hasta un campo ferial. (Foto: Captura/Video: Cuarto Poder)

    Cuarto Poder reveló que la continuación de la avenida Canta Callao, entre el cruce con la avenida 2 de octubre y la Panamericana Norte, vía abandonada y sin concluir, se ha convertido en un lugar en el que existen campos de cultivo que se riegan con aguas servidas, cerros de desmonte y basura. A su vez, talleres mecánicos se hacinan uno al lado del otro sobre una de las márgenes del río Chillón. Además, en la zona de San Diego, grandes cerros de desmonte y basura han convertido el lugar en un nido de drogadictos y delincuentes. 

    En el terreno hay, asimismo, cementerios de autos, ladrilleras y hasta un campo ferial. Incluso, un tramo cuya culminación podría convertir esta vía en una importante alternativa a la carretera Central con dirección tanto al puerto como al aeropuerto del Callao.

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    En el cruce de la Av. Trapiche y la Panamericana Norte, una autopista que se ve interrumpida por un semáforo que dificulta la libre circulación de vehículos, estaba proyectada la construcción del óvalo Canta Callao en el contrato de la Municipalidad de Lima con el consorcio Rutas de Lima, cuyo accionista mayoritario era la brasilera Odebrecht.

    No obstante, la continuación de la avenida Canta Callao no estaba contemplada en el contrato, pero por lógica era una obra que se tenía que ejecutar después para darle continuidad a la vía. El contrato establecía que una vez que la empresa finalizara las 4 obras obligatorias de la Panamericana Norte, podría instalar sus casetas de peaje en Puente Piedra en dirección de sur a norte. Rutas de Lima terminó los intercambios viales en las intersecciones con las avenidas Los Alisos, Naranjal y 25 de enero. Ni había empezado las obras del óvalo Canta Callao y la comuna limeña le permitió empezar a cobrar peaje el 29 de diciembre del 2016. Solo una semana después, una turba atacó las casetas y las redujo a cenizas.

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    Según la Municipalidad de Lima, había decidido que el consorcio liderado por Odebrecht no realizara esta obra obligatoria como una forma de compensación porque, supuestamente, los cálculos que se habían hecho para determinar lo que iba a pagar la empresa por expropiaciones no habían sido exactos. Y modificaron el contrato con una resolución de Consejo, pese a que este tipo de modificaciones sustanciales deben ser aprobadas con una adenda que nunca se hizo.

    Cuarto Poder le pidió una entrevista a la municipalidad de Lima para explique exactamente qué sucedió, pero no obtuvo respuesta