Callao: Capturan a sicario juvenil acusado de 11 crímenes
La Policía logró intervenir a un adolescente de 15 años que es conocido por sus actividades delictivas en el Callao y la disputa que mantiene con otras bandas criminales integradas, también, por menores de edad
Este delgado adolescente chalaco, de un metro cincuenta de estatura, aparentemente inofensivo, pero de mirada fría y perturbadora, tiene solo 15 años, pero su reputación ya es conocida entre los sicarios del Callao.
Su apelativo lo tiene escrito con tinta eterna en el brazo izquierda: alias Gallo, aprendió a matar a los 12 años y según la policía del Callao, desde aquel entonces hasta la actualidad, ya habría asesinado a, por lo menos, 11 personas a cambio de dinero.
Alias gallo, formaría parte de una nueva legión de sicarios juveniles entrenados desde niños para ser reclutados en las filas de las bandas delincuenciales más sanguinarias del primer puerto.
Además, posee múltiples detenciones en distintas comisarías de los barrios más picantes del callao. El 7 de abril de este año, fue detenido por los agentes de la región policial callao, luego de haber asesinado a un enemigo de una banda rival
En aquella detención, fue hallada un arma de fuego, municiones y droga. Su víctima fue identificada como Piero Totenjan Tacure Manrique de 20 años. Quien fue su amigo en el crimen durante un tiempo, pero rencillas dentro de la organización criminal, hicieron que ambos se juren una muerte violenta.
Tacure Manrique, la última víctima de Gallo, confesó a la policía del Callao, haber participado en el saqueo de una conocida tienda en el barrio de Dulanto junto a un grupo de menores. En las imágenes se observa cómo poco antes de las 5 de la tarde del 12 de febrero de este año, al menos once menores de edad, junto a tres adultos, ingresaron a robar todo lo que pudieron.
Piero Tacure llevaba el mismo polo con el que fue detenido por la policía. Ingresó y de frente se dirigió a la parte de licores. Pode un mes después, Tacure Manrique, fue asesinado por alias gallo. En esta cámara de seguridad, se le ve huyendo de la escena del crimen junto a dos secuaces, un menor de 16 años y a Cristian Regalado Ballón de 31.
Por su condición de menor de edad, alias gallo quedó en libertad, a pesar de estar implicado en otros hechos violentos con arma de fuego… hasta que la policía volvió a dar con su paradero esta semana, logrando su captura y posterior internamiento en Maranguita.
Hasta pocas horas antes de ser capturado, alias gallo buscaba entre sus contactos del hampa, la manera de estar activo con plomo y sangre. En esa guerra encarnizada en la zona roja del Callao, en donde más respeto tiene el que porta armas de fuego y se deshace de sus enemigos con pólvora, alias gallo de 15 años, encontró otro rival con su mismo nivel de ferocidad.
Alias Cemento, de 16 años, por poco y acaba con la vida de alias gallo. Este otro menor juró venganza por cierta rivalidad que tuvieron cuando aún eran niños. Alias Cemento es otro prontuariado delincuente juvenil del primer puerto, cuyas redes sociales están repletas de fotografías mostrando las armas de fuego con las que cometería asesinatos por encargo.
Alias Cemento y alias Gallo crecieron juntos en la infancia, sin embargo, conforme pasaron los años, ambos fueron reclutados por distintas bandas criminales y ahora son enemigos. Alias Cemento ha sido intervenido en distintas ocasiones junto a la banda delincuencial Los Bandidos del Mal por realizar robos a mano armada a taxistas por aplicativo y repartidores de delivery.
En la intervención en su domicilio en el Callao, la policía del escuadrón de emergencia halló abundante droga escondida en el baño y en los colchones del cuarto, municiones de distintas armas de fuego.
Esta fue la primera vez que alias cemento piso una comisaría detenido por vandalismo y robo. En esta fotografía, tenía 12 años. A esa edad, generalmente son captados por el sicariato.
Esta es solo una más de las tantas historias escritas con sangre en el primer puerto. La región policial Callao y sus labores de inteligencia siguen tras los pasos de otros sicarios juveniles que atemorizan en los barrios chalacos.