Bypass de 28 de Julio: encuentran más de 500 grietas en la obra
Fallas estructurales, entre otras observaciones a la obra de Luis Castañeda Lossio
En el bypass de 28 de Julio, tal vez la obra más emblemática del tercer período del alcalde Luis Castañeda Lossio y una de las más costosas de la capital, hay por lo menos, 530 rajaduras en las cuatro paredes de los túneles del proyecto. Pareciera que cada día que pasa las fisuras se expanden y se multiplican por los muros de cemento de la obra municipal.
El mes pasado, después del descubrimiento de este forado en el muro que desemboca en la avenida Garcilaso de la Vega, la Municipalidad de Lima y la empresa OAS apuraron su reparación y sostuvieron que el origen de la abertura eran unas filtraciones de agua producto de una desviación de tubería por Sedapal. El alcalde Luis Castañeda aseguró entonces que nada era estructural, es decir, que no comprometía a la estructura misma de la obra.
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“Ha pasado agua, eso se está arreglando con Sedapal conjuntamente, pero no hay ningún problema estructural”, mencionó el alcalde de Lima. Sin embargo, las más de 500 fisuras no están focalizadas en una sola pared, sino en los cuatro muros que en forma de letra ‘Y’ forman los túneles del by pass.
“Ya no diría solo fisuras sino rajaduras, y estructuralmente esto está, para mí, que hace agua […] Yo sigo reiterando que este proyecto y esta obra es una cachetada a la ingeniería, a la ingeniería civil”, menciona el máster en ingeniería vial Néstor Huamán Guerrero
Luego de contabilizar las grietas de los túneles del bypass, Cuarto Poder solicitó la participación del ingeniero civil Néstor Huamán Guerrero, experto en ingeniería vial, procesos constructivos, pavimentos y coberturas, consultor y profesor universitario, quien se detuvo en las fisuras más pronunciadas de la obra.
“En la parte superior se ve que ya hay rajaduras en esa especie de muretito que se ve arriba, donde están anclados unos fierros que sirven como sostén y también ya está fallando eso. Eso implica que este muro se está abriendo lateralmente. Eso es bien peligroso”, explica Huamán.
No es la primera vez que el ingeniero Néstor Huamán tiene un acercamiento a los problemas del by pass 28 de julio. Por eso mismo, sabe cómo han evolucionado las fisuras y los hundimientos en el pavimento.
El viernes en la noche, al término de la revisión de las hendiduras del bypass, Huamán se acercó a los hundimientos de la primera cuadra de la avenida República de Chile que hace menos de un mes fueron parchados por OAS y advirtió un nuevo detalle a apenas medio metro del anterior remiendo.
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“Entonces, esto es una falla estructural del pavimento, esto es grave porque se va a seguir hundiendo. Cuando se genera ya una rajadura de este tipo por acá va a empezar a entrar agua, al entrar agua se van a empezar a humedecer abajo las capas del pavimento, al humedecer las capas del pavimento se va a hundir el pavimento”, señaló Huamán.
Esta seguidilla de rajaduras en el bypass no se originó con el notorio bochorno del forado escondido tras este manto azul, que se develó a fines de mayo pasado. Ahora se sabe por documentos obtenidos por Cuarto Poder que por lo menos desde agosto del año pasado, es decir, menos de cinco meses después de su inauguración por el alcalde Castañeda, los muros de la obra ya presentaba sus primeras grietas. Algo que debería merecer la reacción de los ingenieros civiles.
Entre el 8 de agosto y el 14 de setiembre del 2016, el Órgano de Control Institucional de la Municipalidad de Lima examinó la obra, sus alrededores y su presupuesto. En su Informe de Acción Simultánea número 024 del 2016 advirtió la presencia de “fisuras” en el muro de contención de la parte inferior del bypass que sale hacia la avenida Arequipa y encontró que hay una “falta de conservación” de algunos elementos de la obra. El riesgo, indica el informe, es que las fisuras pueden afectar la vida útil del proyecto.
El 18 de enero del 2017 el jefe del OCI del municipio limeño envió al despacho del alcalde Luis Castañeda este oficio con un resumen de nuevos hallazgos y un plazo de veinte días hábiles para subsanar los hallazgos. ¿Cuáles eran estos? La aparición de hundimientos en la cuadra 1 de la avenida República de Chile; los trabajos de la Plaza Nueva, que se debe levantar sobre la avenida 28 de Julio, estaban paralizados; el acero habilitado para estructuras estaba cubierto de plástico y en proceso de deterioro.
Tal vez luego de los 20 días de plazo las observaciones no fueron atendidas, pues el 28 de abril el OCI volvió a remitir otro oficio al despacho del alcalde de Lima, reiterándole el problema de los trabajos inconclusos en la Plaza Nueva, que originaba el cruce de peatones por los dos túneles del bypass, algo que ocurre hasta hoy, según captó en distintos momentos el lente de Cuarto Poder.
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El mismo informe insistía en el deterioro de esta estructura metálica que se encuentra apenas cubierta de un plástico azul expuesta a la corrosión, e indicaba un deterioro prematuro en las calzadas de las avenidas Garcilaso de la Vega, Arequipa y República de Chile, y la formación de fisuras longitudinales y transversales en algunos sectores que todavía no eran intervenidos o reparados por la empresa contratista.
Han pasado nueve meses desde aquel informe de setiembre del 2016 y ni las reiteradas advertencias de corrosión de las estructuras metálicas ni las fisuras parecen haberse solucionado. Más bien éstas se han incrementado hasta sumar, y tal vez superar, las 530. Lo que no vieron los ingenieros de la Municipalidad de Lima y los de la empresa brasileña OAS, involucrada hoy en el mega escándalo de corrupción Lava Jato, lo divisaron hace casi un año estos estudiantes de arquitectura, y el tiempo parece haberles dado la razón.
Durante el recorrido por la zona, nos topamos con la destrucción de estructuras que habían sido levantadas el año pasado en plena Plaza Nueva, sobre la que el municipio quería construir la pasarela de 10 millones de dólares. Este carro taladrador despedaza una gruesa vereda y dos obreros hacen lo propio con un muro de concreto.
“Lo que estamos viendo hasta el día de hoy es que están demoliendo prácticamente todo lo que se había avanzado en las obras de la plaza nueva. Por lo que vemos se está desmantelando por completamente nuevamente, no sé por qué razones”, menciona el vecino Dante Alemán Anicama.
Debido a que el municipio hizo estos forados sin la autorización del Ministerio de Cultura y sin explicar cómo asumiría el impacto ambiental de la construcción de la pasarela elevada que se construiría entre la Plaza Nueva y el Campo de Marte, esta parte de la obra no contó con el visto bueno del Ministerio de Transportes y Comunicaciones y por eso los trabajos se detuvieron desde mediados del año pasado, y hasta ahora.
Hoy solo se ven a una veintena de obreros destruyendo el concreto que ya no se va a usar y moviendo fierros de un lado a otro, entre otras labores.
Hay otros riegos relacionados a los costos de la obra que advierte el mismo documento que en setiembre del año pasado alertaba de las primeras fisuras. La auditoría compara los costos del bypass 28 de Julio con el de la avenida Primavera, en Surco, y concluye que, por ejemplo, en la obra del cercado de Lima el costo del retiro de los árboles fue 21 veces superior al de Surco; el desmontaje de los semáforos costó 12 veces más; el pintado del pavimento, 8 veces más, y el pintado del sardinel, 6 veces más. Según el informe, incluso los salarios están por encima del promedio del mercado.
Hasta setiembre del año pasado el municipio había gastado 59 millones de dólares y el Órgano de Control Interno señalaba que se iba a requerir de casi 22 millones de dólares más. Eso haría un total de 81 millones. Pero se suponía que esta obra no sería construida con fondos públicos sino con los 74 millones y medio de dólares de fideicomiso que inicialmente estaban destinados para el proyecto Río Verde, el mismo que se habría cancelado luego de los chats por Whatsapp entre el mandamás de OAS, Leo Pinheiro, hoy preso por el caso Lava Jato, y la exgerente edil Giselle Zegarra. Se suponía también que esta obra fue exonerada del SNIP porque no usaría ni un sol de fondos públicos.