Jorge Barata confirmó pagos de casi US$ 5 millones a Luis Nava y su hijo

En el interrogatorio del 24 de abril, quien fuera el máximo directivo de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata, proporcionó la información que el Equipo Especial Lava Jato estaba esperando respecto del expresidente Alan García y de su secretario y mano derecha, Luis Nava Guibert.

Barata confirmó los pagos de casi 5 millones de dólares que salieron de la Caja 2 de Odebrecht para alias “Chalán” y de medio millón de dólares para alias “Bandido”, a quienes identificó como Luis Nava Guibert y su hijo José Nava Mendiola.

Luis Nava no solo fue el secretario de Palacio durante los dos gobiernos de Alan García. El brasileño Barata lo vio de un modo muy particular: como su brazo derecho, como el hombre a quien García guardaba un nivel de confianza “extremo”, el que le cargaba el maletín, el teléfono y le llevaba la agenda.

Cuando el fiscal del Equipo Especial, José Domingo Pérez, le preguntó si Nava y su amigo Miguel Atala podrían ser comparados con Joseph Maiman, el hombre que canalizó las coimas de Odebrecht para el expresidente Alejandro Toledo, Jorge Barata respondió que sí.

Por eso, medio año después del inicio del segundo gobierno de García, cuando Nava le exigió, según su testimonio, 3 millones de dólares para desentrampar y agilizar el presupuesto para la ejecución de los tramos 2 y 3 de la Interoceánica Sur, a Barata le pareció que ese dinero tenía un destinatario mayor.

Ello, pues cuando empezó a cumplir con el pedido, mágicamente las puertas del gobierno se le abrieron, empezando por las del despacho de Alan García.

Esos primeros pagos fueron en efectivo y entregados directamente a Nava. Luego, ante las exigencias de éste, los tratos pasaron a hacerse con Miguel Atala. A este personaje ya no le pagaron al cash sino en cuentas cifradas en la Banca Privada de Andorra.

Esos pagos quedaron inscritos en los registros de la contabilidad paralela de Odebrecht, la Caja 2, la de los sobornos, bajo los apelativos o códigos de “Chalán” y “Bandido”.

Barata confirmó hoy que esos alias les corresponden a Luis Nava Guibert y a su hijo, José Nava Mendiola, quien tomó la batuta de la empresa Transportes Don Reya cuando el padre asumió el cargo de secretario de Palacio.

“Chalán” fue el sobrenombre atribuido a Nava padre porque, de acuerdo a Barata, su cercanía con García les inspiró la imagen del domador del caballo, en alusión a un antiguo apodo del expresidente de la República.

Hablar con Nava, dijo Barata a los fiscales, era como hablar con Alan García. El hijo del secretario, según Barata, también se sintió con derecho a solicitarle dinero. Y a él le entregaron casi medio millón de dólares a pesar de los varios contratos que le dieron a su empresa de camiones, Transportes Don Reyna.

¿Cómo conoció a Luis Nava?, le preguntaron los fiscales peruanos a Barata. Narró que fue en la casa de playa de éste, invitado por Luis Alva Castro. Allí, Nava le habría dicho que Alan García conocía de las coimas que Odebrecht le había pagado a Alejandro Toledo por firmar el contrato para la Interoceánica.

¿Y quién se lo contó a García? Le dijo que el mismo Joseph Maiman, el intermediario de Toledo en esta trama corrupta. Lejos de denunciar el hecho ante un fiscal, ni García ni Nava tomaron distancia del corruptor. Más bien tuvo puertas abiertas en Palacio, y él abrió las de su casa al presidente, quien en ocasiones iba a degustar exquisitas feijoadas.

Por la tarde Barata ratificó pagos de 34 millones de dólares a Alejandro Toledo, una historia ya conocida. Lo que no se conocía eran las sorprendentes exigencias del expresidente para el cumplimiento del compromiso asumido: pagar la coima.

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