Luego de pensarlo mil veces, Zulema Dioses decidió visitar a Augusto dispuesta a todo.
Augusto se encontraba tranquilo en su casa, leyendo el periódico sin pensar lo que vendría después.
Sully lo visitó vistiendo una sensual lencería, dispuesta a pasar la noche con Augusto. Al verla, el compositor no pudo resistir a los encantos de la rubia.