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Seis factores de riesgo para la formación de coágulos.
Conoce qué debes evitar para que los coágulos no perjudiquen tu circulación.
El proceso de coagulación tiene doble función. La primera es protegernos, porque forma una barrera de defensa cuando nos cortamos. Pero cuando esto se vuelve negativo vienen problemas muy serios. El coágulo se desprende, avanza por nuestro torrente sanguíneo y puede bloquear el cerebro, corazón, riñones y pulmones.
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En primer lugar está la deshidratación, porque al tener menos agua, nuestra sangre está menos líquida y se coagula más rápido. La convalecencia, porque si una persona está mucho tiempo en la cama la sangre no se mueve, ya que no hay circulación.
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Una lesión reciente, como por ejemplo una fractura, enlentece el tránsito y genera coágulos. Las várices tortuosas producen un remolino dentro de la sangre y se producen coágulos a nivel de las venas.
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La obesidad porque el paciente tiene que cargar mucho peso y durante el embarazo, el crecimiento del útero puede chancar algunas venitas, produciendo coágulos en las piernas.