El Atlético Mineiro brasileño exigió este miércoles a la Conmebol que imponga un castigo severo a los jugadores y miembros de la delegación del Boca Juniors argentino por los incidentes violentos que promovieron el martes tras el partido en el que fueron eliminados de la Copa Libertadores.
El Mineiro, que avanzó a cuartos de final de la Libertadores tras eliminar en los penaltis al Boca Juniors luego de los empates sin goles en los partidos de ida y de vuelta, afirmó en un comunicado que los incidentes fueron promovidos por los argentinos en el estadio Mineirao, de la ciudad de Belo Horizonte.
"Las escenas de violencia ampliamente divulgadas por los medios evidencian, de forma inequívoca, que toda la confusión fue provocada por los jugadores y empleados del club argentino", añadió la dirección del club brasileño.
"No se admite que en una competición de alto nivel, como la Copa Libertadores, haya espacio para este tipo de comportamiento y conducta antideportiva, razón por la cual el Atlético Mineiro exige de la Conmebol severa punición a los infractores", agrega el comunicado.
De acuerdo con la nota, el presidente del Atlético Mineiro, Sergio Coelho, intercedió ante las autoridades brasileñas tras la retención de algunos jugadores argentinos, pidió a los abogados del club que ofrecieran apoyo a la delegación del Boca Juniors y hasta pagó los 6.000 reales (unos 1.200 dólares) de fianza que fue impuesta para la liberación de los retenidos.
De acuerdo con el Mineiro, el jefe de seguridad del Boca Juniors pidió personalmente disculpas a la dirección del club brasileño por lo ocurrido, así como lo hicieron algunos dirigentes argentinos.
De acuerdo con un relato de lo ocurrido ofrecido por el club brasileño en su nota, los incidentes comenzaron luego de que los dos equipos abandonaran la cancha y se dirigieran a sus vestuarios y cuando algunos jugadores y miembros de la comisión técnica del Boca Juniors intentaron invadir el vestuario de los árbitros.
El club de Buenos Aires alegó que fue perjudicado por la anulación de los goles supuestamente válidos que anotó tanto en el partido de ida como en el de vuelta luego de que los árbitros de cada compromiso decidieran pedir revisión del VAR.
La anulación de los goles, que terminó provocando la eliminación en la Libertadores, irritó a los jugadores del club porteño, que buscaron explicaciones a los árbitros.
En el camino hacia los vestuarios de los árbitros, sin que pudiesen ser contenidos por los miembros de los equipos de seguridad del estadio, jugadores y empleados del Boca arrojaron barreras de contención, extintores, dispensadores de agua y hasta varillas de acero, según la versión del club brasileño.
"Súbitamente, sin lograr éxito en su intento de buscar a los árbitros, los argentinos decidieron invadir el vestuario del Atlético Mineiro, que en ese momento tan sólo era protegido por un vigilante. Para proteger la integridad física de los atletas, hasta el presidente del club se posicionó para impedir la entrada de los argentinos", agrega la nota.
De acuerdo con el Atlético Mineiro, los argentinos sólo pudieron ser contenidos por la policía, que usó gas pimienta para dispersarlos.
La policía anunció el arresto de algunos jugadores y empleados del Boca pero todo el equipo decidió acudir a la comisaría y terminó pasando la noche en los autobuses de la delegación mientras los acusados eran interrogados.
Los jugadores, el cuerpo técnico y los directivos de Boca Juniors sólo consiguieron regresar a Buenos Aires en la tarde de este miércoles, cuando fueron notificados de que tendrán que permanecer aislados durante siete días por disposición del Gobierno argentino debido a que, en medio de las confusiones y en la comisaría, rompieron la "burbuja sanitaria". EFE