Usain Bolt y su última vuelta olímpica: así lo despidieron en el Mundial
El jamaicano Usain Bolt, once veces campeón mundial y ocho olímpico, desapareció por el túnel del estadio olímpico de Londres, camino de la leyenda, después de vivir una apoteósica vuelta de honor, al día siguiente de protagonizar una dolorosa despedida, lesionado en plena final de relevos 4×100 metros, su última carrera.
El velocista fue homenajeado en plena pista, junto a la línea de meta, por el alcalde de Londres y el presidente de la IAAF, que le entregaron un enorme cuadro con la flecha que tantas veces ha escenificado el "Relámpago" tras sus victorias.
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A continuación emprendió su última vuelta de honor, seguido por una nube de fotógrafos, saludando al público, posando con un niño para un selfi, devolviendo el aplauso a los aficionados que lo jaleaban.
Los 60.000 espectadores que abarrotaban el estadio rindieron tributo de admiración, puestos en pie, al atleta más grande del siglo y probablemente de la historia.
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Era una forma de reparar la injusticia de su despedida por la puerta de atrás, la noche del sábado.
Bolt había clausurado su gloriosa carrera deportiva rodando por la pista, víctima de un tirón en el isquio izquierdo en plena recta final cuando había recogido el testigo en tercer lugar y encaraba la meta en el horizonte.
Hoy cruzó por última vez la línea de meta con música de Bob Marley de fondo, posó por última vez con su famoso gesto sagital y desapareció por el túnel para entrar en la leyenda.
Fue el momento más emotivo de los campeonatos, que eclipsó a los campeones de las once finales del día. EFE
