Yemen celebra con tiros al aire ser campeón del Oeste de Asia
El país asiático, en guerra civil desde 2014, enfrenta la peor catástrofe humanitaria del planeta, según la ONU
Miles de ciudadanos yemeníes de la capital, Saná, celebraron este lunes con ráfagas de disparos al aire la conquista de su equipo nacional juvenil de la Copa de Fútbol del Oeste de Asia, en una final contra Arabia Saudita, país que interviene en la guerra del Yemen desde 2015.
En Saná, capital controlada por los rebeldes hutíes desde que en 2014 se alzaron en armas contra el Gobierno internacionalmente reconocido del Yemen, miles de personas vaciaron sus metralletas AK-47 en el aire y salieron a festejar con petardos la victoria de su equipo contra Arabia Saudita, según constató Efe.
Esta celebración, de tintes políticos, también tuvo lugar en las áreas del norte y el centro del país controladas por los hutíes, movimiento respaldado por Irán y contra el que lucha Arabia Saudita desde que inició su campaña militar en el Yemen al frente de una coalición árabe en 2015.
Imágenes publicadas en redes sociales muestran cómo los ciudadanos de la capital salieron a las calles con sus rifles para festejar la victoria del cuadro sub-16, que se hizo con el título de la competición regional tras ganar en la tanda de penales un partido que terminó con empate a un gol.
En el Yemen, y en otros países árabes de Oriente Medio, son habituales las celebraciones con disparos al aire, algo que en muchas ocasiones termina con heridos o incluso muertos debido a balas perdidas.
Esta celebración se produce en un momento en el que Arabia Saudita está intensificando su campaña de bombardeos contra Saná y contra posiciones de los hutíes en una estratégica provincia del centro del Yemen, donde los insurgentes llevan a cabo una ofensiva desde febrero para hacerse con el control de la zona.
El Yemen, un país donde alrededor del 80 % de los 30 millones de habitantes necesitan ayuda humanitaria para poder satisfacer alguna de sus necesidades básicas, enfrenta la peor catástrofe humanitaria del planeta, según la ONU. EFE