Independiente rescató un empate 2-2 ante Bahía tras caos con su plantel en la Sudamericana
Independiente tuvo serios inconvenientes en su llegada a tierras brasileñas
Independiente de Avellaneda empató este martes por 2-2 con Bahía, y mantiene su liderato en el grupo B de la Copa Sudamericana.
Jonathan Herrera y el jovencísimo Alan Velasco resolvieron las respectivas penas máximas en el 42 y el 50, provocadas tras sendos errores defensivos del 'tricolor' en un partido entorpecido por la intensa lluvia y los charcos del césped del estadio Pituaçú.
Pero en el segundo tiempo, el Bahía remontó con goles de Thaciano en el 56 y de Luiz Otavio en el 82, y a punto estuvo de darle la vuelta si el arquero uruguayo Sebastián Sosa, el héroe de la noche de los argentinos, no hubiera atajado el penalti cerca del final.
Con este resultado, el Independiente sigue líder con 7 puntos en tres partidos y el tricolor bahiano se queda en segundo lugar con 5, hagan lo que hagan el miércoles el Montevideo City Torque (1) y el Guabirá (0).
La noche no empezó bien para el "Rey de Copas", que saltó al terreno de juego con solo siete suplentes después de que ocho jugadores y tres miembros de la comitiva fueran devueltos a Argentina por presentar resultados positivos al covid-19.
Entre los devueltos estaba el segundo entrenador, Pedro Damián Monzón, que debía sustituir al "Emperador" Julio Falcioni, que no viajó por un problema personal.
Así que tomó las riendas de los argentinos César Velázquez, que apostó por un planteamiento defensivo, con tres atrás y cinco en el medio del campo que ofuscó a los bahianos y le dio un buen toque ofensivo, con salidas recurrentes del rapidísimo e incómodo Velasco, que se convirtió en una pesadilla la defensa tricolor.
Los bahianos empezaron dominando y avisaron en los primeros compases con un cabezazo picado del defensa Conti, muy bien atajado por Sebastián Sosa.
El arquero uruguayo fue de hecho el pilar del empate. Considerado mejor del partido por la Conmebol, en el primer tiempo salvó casi con los dedos un disparo que se iba a entrar fregando el palo derecho, y tuvo otras varias atajadas destacadas durante el partido.
Los locales, que perdieron por lesión al lateral Nino Paraíba, dispusieron de mayor posesión del balón, sobre todo en el primer tiempo, pero los de Avellaneda estuvieron bien plantados en el centro y les bloquearon las bandas.
Tras los penales, justamente señalados y convertidos sin dudar, los bahianos podrían haberse resignado: faltaba poco más de media hora y la cancha estaba casi injugable.
Pero el incansable Rodriguinho, que parecía con el don de la ubicuidad, les renovó los ánimos a sus compañeros, que aumentaron su presión.
Poco después, Rodriguinho giró sobre sí mismo y se marcó un trallazo que rebotó en el palo para que Thaciano pudiera convertir.
El gol les dio alas a los locales, que pasados los 80 igualaron con un cabezazo de Luiz Otavio, imposible de atajar.
De repente, el encuentro se volvió eléctrico. Un minuto después, Maycon Douglas fue derribado en el área. Otro penalti indiscutible. Pero a Gilberto le tembló la pierna y Sosa cerró su soberbia actuación evitando la derrota.