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Desde la región emblemática de la corrupción, el triste presente de Ancash y su preocupante futuro. ¿Cómo se vive dónde más conflictos sociales se avecinan? ¿qué ocurrirá con Waldo Ríos, el flamante presidente electo pero que está impedido de asumir por ser un sentenciado? ¿Se ha deshecho el poder de la mafia de Cesar Álvarez?
Waldo Ríos es el hombre mas buscado de Áncash historicamente la localidad que más ha sufrido casos de corrupción en el Perú y esta semana se convirtió en el virtual ganador de la contienda electoral.
Ríos es un hombre sentenciado por Vladimiro Montesinos, pero su pasado no le ha impedido volver a las urnas. La publicidad de su partido está en todas las paredes desde Chimbote hasta Huaraz, pero él se niega a dar declaraciones a los periodistas.
Él había llegado a la política por el partido fundado por Fernando Olivera, donde también participaba el ahora preso expresidente regional César Álvarez. Po rel dinero que recibió de mano de Vladimiro Montesinos, la Corte Suprema lo encontró a Ríos responsable y lo condenó a cuatro años de prisión suspendida al pago de un millón de soles de reparación civil.
Catorce años más tarde y ayudado por la frágil memoria de los ancashinos, postuló nada menos que a la presidencia regional y aunque parezca increíble sus propuesta nuevamente llamaron la atención. Una de ellas fue entregar 500 soles a cada familia en todo Áncash.
El hombre que recibió dinero por favores políticos, se atrevió ahora a ofrecer plata a cambio de votos.