En Vivo
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Problemática que se repite a lo largo y ancho de todo el país, donde la cantidad de reos, por lo menos, triplica la capacidad de albergue que tienen sus 68 cárceles rebosantes.
De noche, en los penales, sucede algo que muy pocos pueden ver y es: La hora del encierro. Algo así como “la hora de la verdad” en cuanto al hacinamiento. El momento cuando, en cada penal de nuestro país, se marca un día menos de condena, pero una noche más de verdadera pesadilla.
Es allí cuando los presos entran a sus celdas por un promedio de 9 horas y quedan encerrados; abarrotados en todo el sentido de la palabra. En Huánuco o en Pucallpa, la realidad que vimos esta semana, es prácticamente igual.