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Cruzaron la frontera en plena persecución a un grupo de presuntos delincuentes, sin sospechar que terminarían siendo detenidos, azotados y casi linchados. La historia de 9 policías peruanos que aducen haber cruzado a suelo boliviano por error y sus 48 horas de tortura.
Una columna que parece confundirse en medio de esta precaria vivienda es el hito que fija los límites entre Perú y Bolivia. Un hito que en el lado peruano está ubicado en la comunidad puneña de Perlas y que hoy luce, así, deteriorado y rodeado de cachivaches.
Precisamente estos hitos se han convertido en la pesadilla de nueve policías peruanos que traspasaron la frontera con Bolivia, policías que no solo están a punto de perder su carrera policial sino que, incluso, estuvieron a punto de perder sus propias vidas.
Los testigos informan que los han cercado con tres camiones y un grupo de gente quería lincharlos. Los han desnudado, golpeado, tirado piedras. Incluso a uno le han roto la nariz y volado los dientes.
En el sector de Perlas en el distrito de Cojata en Puno, zona fronteriza con Bolivia, los moradores viven del comercio con los mineros bolivianos de Suches, por lo que cruzar la frontera sin control alguno es algo cotidiano.
Las denuncias sobre la existencia de una actividad minera ilegal han motivado se disponga un patrullaje policial en la zona, es así que el pasado 26 de marzo llegaron por primera vez hasta este lejano lugar nueve policías.
Al mando de este grupo policial estaba el mayor Jaime Chalco de la División de Unidades Especiales de Medio Ambiente de Juliaca. Formaban también su equipo cinco suboficiales especialistas en desactivación de explosivos y minas antipersonales que venían de Lima. Se trata de Johnny Quispe Ayala, Wilder López Chávez, Aldo Castro Tesen, Félix García Cáceres y Juan Carlos Portocarrero Talledo.
El grupo estaba formado también por otros tres noveles suboficiales procedentes de Arequipa: William Ramos Ccaccapa , Pedro Flores Calizaya y Daniel Soliz Quispe.