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Exclusivo. Estaba encerrado en prisión pero era libre para hablar, chatear y hasta apostar en línea. El motivo por el que el holandés Joran Van der Slot fue trasladado de Piedras Gordas a la durísima cárcel de Challapalca tenía Internet y Whatsapp.
Joran Van Der Sloot llega a su nueva morada, la gélida cárcel de Challapalca en Puno, a más de 4 mil 500 metros sobre el nivel del mar.
Aquí el frío parte los huesos y la poca cantidad de oxígeno produce estragos hasta en el reo más pintado. El rostro desencajado del holandés es más que elocuente.
Muy cerca de Van Der Sloot se encuentra este hombre que va en silla de ruedas. Se llama Renzo Rodríguez Mc Lean, tiene 41 años y es un peso pesado en el oscuro negocio del tráfico de drogas quien fue secuestrado en el puerto de Paita en Piura, junto a una verdadera transnacional dedicada al narcotráfico.
Pero lo que nadie sabía hasta hoy, es que este sujeto se fugó de la prisión tras acudir a una cita médica.
La fría cárcel de Challapalca sirve como escarmiento a los reos que no acaten las reglas, como también lo hizo Van Der Sloot al usar un celular sofisticado.