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La última decisión administrativa de Peláez fue dictar el archivo de la investigación contra la parlamentaria oficialista Cenaida Uribe
Su apariencia no lo delataba pero en los últimos dos años fue el hombre de poder absoluto. Él, el ex Fiscal de la Nación José Peláez, salvaba la vida o se la podía amargar de verdad, a los altos funcionarios de este país cuestionados por haber incurrido en presuntos delitos.
Desde ex presidentes a congresistas, pasando por ex ministros, él no les sentenciaba, simplemente tenía la llave para denunciarlos ante el poder judicial o para archivar las investigaciones en su contra y así, y de forma inapelable evitar que la justicia los tocara.
La decisión estaba en sus manos y su epitafio como fiscal de la nación podría ser este: “José Peláez Bardales, el amigo de todos”. Aunque él, como es lógico se despidió diciendo todo lo contrario.