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Un joven de 23 años que se hizo llamar Cristian cuenta a nuestras cámaras que decidió alejarse hace pocos meses del híper rentable, pero peligrosísimo negocio del narcotráfico y que ahora su vida está en riesgo.
Quien se esconde en la oscuridad de la habitación de un hotel para hablar de un secreto a voces en torno al primer puerto del Perú, es un ex estibador de una de las empresas que opera en los terminales del Callao.
Un joven de 23 años que se hizo llamar Cristian frente a nuestras cámaras y que según cuenta, decidió alejarse hace pocos meses del híper rentable, pero peligrosísimo negocio del narcotráfico. Desde entonces, relata, es considerado como un soplón por las mafias que operan en el puerto y no hace más que huir de sus verdugos.
Una de estas muertes habría sido la de Juan Manuel Collazos Valderrama de 27 años, supervisor de planeamiento en APM, una de las empresas que opera en el puerto del Callao. Collazos fue asesinado hace dos semanas fuera de su casa y según las investigaciones policiales, habría denunciado ante las autoridades el proceder de las mafias de narcotráfico en el muelle norte.
Collazos, quien era planeador, se encargaba de organizar los contenedores, subirlos o bajarlos para su próximo embarque. Su puesto era clave y presuntamente, al no haber querido colaborar con los narcos, estos decidieron su destino.
Con él, son 30 los trabajadores portuarios asesinados en lo que va del año en el país. Al parecer, laborar en los terminales del puerto se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en un callejón sin salida.