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Excónsul peruano en China es investigado por tráfico de inmigrantes
Pesquisas en el país asiático señalan que Diego Alvarado habría cobrado hasta 2 mil dólares por persona.
La Ministra de Relaciones Exteriores, Ana María Sánchez de Ríos, denunció al excónsul General del Perú en Shanghái, Diego Alvarado Montoya, ante la Procuraduría por supuestamente haber recibido dinero de dos bandas criminales chinas dedicadas al tráfico de inmigrantes a cambio de entregarles visas de negocios al Perú.
En marzo último la Cancillería china conversó directamente con Juan Carlos Capuñay, embajador de Perú en el país asiático. Le dijeron que el entonces Cónsul General del Perú en Shanghái, Diego Alvarado Montoya, era para el gobierno chino persona no grata.
El embajador de Perú en China, transmitió el mensaje a la Cancillería peruana y, a través de un cable diplomático reservado, refirió que el gobierno chino exigía que Alvarado Montoya “debía salir del territorio chino en un plazo no mayor a 48 horas sin despedirse de autoridad alguna y evitando participar en cualquier acto público”.
“El embajador Capuñay me dice me han llamado de la Cancillería y me han dicho que quiere que salga de China en el más breve posible, porque hay según el gobierno chino tendría vinculación de mala reputación no me acuerdo el terminó”, dijo Diego Alvarado Montoya a Cuarto Poder.
Como deseaba que este asunto se mantuviera en la más absoluta reserva, el gobierno chino optó por mandar al encargado de negocios de su embajada en Lima a la Cumbre de la Alianza del Pacífico, que se realizó en Paracas, para entregarle una ayuda memoria a la canciller Ana María Sánchez de Ríos.
En ese documento, ya traducido al español, el gobierno chino le advertía que el entonces cónsul del Perú en Shanghái habría entregado de manera ilícita visas de negocios al Perú a ciudadanos chinos a cambio de un pago de 1,000 y 2,000 dólares por persona.
Según investigaciones del gobierno chino, dos bandas dedicadas al tráfico de inmigrantes habrían contactado a Alvarado Montoya entre el 2009 y el 2011 para hacer el turbio negocio. La Cancillería optó por no participar abiertamente en este reportaje.
