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El Estado Islámico ha ganando terreno en Irak y Siria, autoproclamando un califato musulmán que aterroriza al Oriente y Occidente. Las potencias mundiales debaten cómo terminar con los extremistas.
Por más que los bombardean a diestra y siniestra no pueden con ellos. Desde el cielo no se puede terminar con el Estado Islámico, hay que intervenir vía terrestre pero ninguna potencia de la llamada coalición encabezada por EE.UU. y Francia está dispuesta a combatirlos cuerpo a cuerpo en Siria e Irak.
Primero, porque no conocen el terreno. Segundo, porque tienen la experiencia de Irak y Afganistán y tercero, y este es el argumento principal y el único que esgrimen públicamente, porque dicen que si la coalición inicia una ofensiva terrestre serían vistos como una fuerza de ocupación por la población, como ocurrió en Irak.
"Los que intervengan vía terrestre tienen que ser tropas sirias, árabes o kurdas”, ha dicho el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius.
Por primera vez Francia y por ende los paises de la llamada coalición contemplan la posibilidad de cooperar con el dictador sirio Bashar al- Asad para derrocar a ISIS. Abrir esta puerta cambia el tablero político y el de la guerra 360 grados. Hasta ahora, este era el panorama.
En el 2011 se inició la guerra civil en Siria. En un primer momento se enfrentaba el ejército sirio de Bashar al-Asad contra grupos armados rebeldes de diversa índole que querían derrocarlo. Poco a poco fueron entrando más actores entre ellos, el Estado Islámico que se enfrentaba al régimen de al-Asad y a grupos rebeldes moderados, estos últimos apoyados por occidente.
En medio de este caos es donde ISIS fue ganando terreno hasta instaurar su califato. EE.UU. y Francia, principales actores de la coalición, siempre vieron al dictador sirio como parte del problema mientras Rusia lo consideró parte de la solución y un aliado para sus intereses geopolíticos.
Durante meses, Rusia atacaba a ISIS pero sobre todo a rebeldes moderados contrarios a Bashar al-Asad, y Francia y EE.UU., bombardeaban el califato y apoyaban a los insurgentes moderados. Esto podría cambiar despúes del guante lanzado el viernes por el gobierno francés luego de que el presidente galo se reuniera con su homólogo ruso.
Lo que está claro es que la coalición considera necesaria una intervención en tierra, cuerpo a cuerpo. Los bombardeos golpean a ISIS, a sus pozos petroleros, a sus convoyes, pero no terminan, ni terminarán con ellos.
El viernes un solemne Hollande, en una imagen cuidada al milímetro en donde aparecía en primera línea y solo, rindió oficialmente homenaje a las víctimas de París, acompañado por las familias de los muertos y por personalidades de todos los sectores.
En París murieron 130 personas, cuántos inocentes mueren en Siria a diario es algo que nadie sabe o quiere decir.