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En estas tierras cazan, pescan, beben y viven los nativos y mestizos de la zona de influencia del Lote 192. La tierra y el agua están negras; los demás indicadores de desarrollo tienen el mismo color.
El Congreso en Lima aprobaba por mayoría y aplaudía la ley que le permite a PetroPerú volver a explotar el lote petrolero 192, mientras que el gobernador regional agradecía al todopoderoso, en las calles de Iquitos, capital del departamento de Loreto.
La gente festejaba mientras el presidente Ollanta Humala y sus ministros se quedaban solos, abandonados a su suerte por la propia bancada nacionalista, pero a los que no vimos, los que no estuvieron aquí ni allá frente a las cámaras fueron las comunidades nativas que viven en el área de influencia del lote en cuestión.
Ellos sobreviven hace 40 años entre la pobreza extrema, el abandono y la contaminación.
La sede central del lote 192, explotada hasta el pasado 25 de agosto por la empresa argentina PlusPetrol, está ubicada en el distrito de Andoas, provincia Datem del Marañon.
En estas tierras cazan, pescan, beben y viven los nativos y mestizos de la zona de influencia del lote 192. La tierra y el agua están negras; los demás indicadores de desarrollo tienen, lamentablemente, el mismo color.
En la provincia extractora de oro negro hace más de 40 años, el 40 por ciento de los 62 mil pobladores es analfabeto, otro 40 indocumentado, solo hay 49 postas médicas de mala muerte y hay 168 casos detectados de VIH que reciben atención solo dos veces al año.
De ese lugar, se saca el petróleo desde el 2012 y, por ley, el 10 por ciento del canon que recibe el gobierno regional de Loreto tenía que ser invertido en estas comunidades, pero el anterior presidente regional no cumplió y el canon que recibe directamente la provincia no alcanza para nada.